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Adicción al trabajo incrementa riesgo de males cardíacos

Por Xinhua | 30 Noviembre, 2016 - 09:19
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Exceso laboral también puede derivar en desórdenes psíquicos, como estrés y depresión.

Los prolongados horarios de trabajo exponen a las personas a depresión y padecimientos cardíacos, alertó el coordinador de Salud de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rodolfo Nava.
 
Si una persona labora 11 horas al día, "está dos veces más propensa a padecer depresión y su riesgo de sufrir un infarto es un 33 por ciento mayor", explicó el académico de la Facultad de Medicina.
 
Parte de este problema se debe a que en México quienes organizan estos esquemas son los patrones y lo hacen con pocos acotamientos por parte de la autoridad, afirmó.
 
"Ellos establecen los horarios de entrada y salida, salarios, niveles jerárquicos en las empresas y hasta las obligaciones de cada quien, al tiempo que entorpecen y frenan cualquier intento de impulsar mejoras en este ámbito", apuntó Nava.
 
México cuenta además con una de las legislaciones "más atrasadas en este renglón, al grado de que no se reconoce como enfermedades laborales a aquellas derivadas del estrés", agregó.
 
Estos datos resultan preocupantes si se considera que México, según la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), es el país miembro en donde se trabajan más horas al año, con un total de 2.246 horas.
 
También es el país miembro donde las personas se retiran a la edad más avanzada, 73 años, en una nación cuyo promedio de vida es de 75.
 
La mayoría de las legislaciones mundiales estipulan que una persona debe laborar 40 horas a la semana como máximo, pero la nuestra establece 48 (sin contar tiempos extras), lo cual puede generar afectaciones a nivel orgánico, psicológico e incluso social, pues el trabajo excesivo deteriora las relaciones familiares e interpersonales, indicó Nava.
 
Para el experto, uno de los aspectos más preocupantes derivados de esta sobrecarga es el estrés, pues aumenta el "cortisol", hormona que incrementa los niveles de azúcar, lo cual favorece la diabetes, debilita el sistema inmunológico, causa problemas digestivos, estimula la secreción de ácido gástrico, eleva la presión arterial y provoca infertilidad.
 
 
También provoca irritabilidad, palpitaciones, cansancio o dolores de cabeza permanentes, así como falta de apetito o gula y alteraciones en los ciclos del sueño, lo cual puede devenir en fatiga crónica y en el menoscabo físico y anímico propios de esta condición, añadió.
 
"De hecho, los japoneses tienen una palabra, 'karoshi', que significa muerte por exceso de trabajo", subrayó el académico.
 
Según Nava, las leyes de ese país contemplan que, si alguien perece en dichas circunstancias, el gobierno aportará a su familia 20.000 dólares, mientras que la empresa contratante puede desembolsar hasta un millón y medio de dólares en caso de demostrarse que el deceso se debió a una desmesura ejercida contra su empleado.
 
En cambio, México cuenta con una de las legislaciones más atrasadas en este renglón, incluso "Colombia nos supera al grado de que nuestro país no reconoce como enfermedades laborales a aquellas derivadas del estrés, pese a toda la literatura médica al respecto y a sus notorios impactos en el bienestar de los individuos".
 
Con un promedio de 2.246 horas anuales laboradas, México no sólo sobrepasa por mucho el promedio de las naciones miembros de la OCDE (1.776), sino que casi duplica el tiempo trabajado en Alemania durante el lapso referido (1.371).
 
"Lo paradójico es que el país consistentemente registra los niveles más bajos de productividad según la OCDE, mientras que los germanos ocupan los más altos", destacó.
 
Para el especialista, en este fenómeno confluyen dos aspectos: la organización y la satisfacción del empleado respecto a sus deberes.
 
Mencionó como ejemplo que las compañías alemanas suelen brindar condiciones por arriba de lo estipulado en las normatividades europeas, lo cual genera mayor compromiso entre sus empleados, mientras que las firmas mexicanas "ofrecen escenarios malos y adversos, por lo que la gente se desmotiva".
 
"No hemos legislado lo suficiente, y cuando se intenta poner orden en este tipo de asuntos, suele haber oposición de los empresarios. Por ejemplo, hace cinco años se elaboró una nueva tabla de enfermedades de trabajo, propuesta que no ha visto la luz debido a presiones de los dueños", agregó Nava.