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Adiós al lago sagrado de Hawái

Por El Espectador | 14 Abril, 2014 - 14:55
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El Waiau, el más simbólico de la isla, donde nativos arrojan el cordón umbilical de sus hijos, quedó reducido a un charco.

El Waiau, un pequeño lago alpino ubicado cerca a la cumbre del volcán Mauna Kea, a 3.970 metros sobre el nivel del mar, tiene alarmados a los pobladores de Hawái.

Sus aguas, consideradas esenciales por el papel ecológico y cultural que juega en la vida de los nativos, han ido secándose poco a poco, hasta el punto de quedar reducidas a un simple charco.

Los cambios los han registrado científicos de la Universidad de Hawái en Hilo y la U. Estatal de Idaho, a través de técnicas como el la fotogrametría. Así lo informan en una investigación publicada en la revista especializada EOS, en la que prenden las alarmas de una sequía que padece la región desde 2008: de cien metros de ancho que tenía el lago en 2009 y tres de profundidad, solo quedan diez metros y veinte centímetros.

Y aunque, a través del tiempo, su tamaño ha variado con constancia dependiendo de las precipitaciones y ya se han registrado algunas sequías a lo largo del siglo XX, la actual no tiene antecedentes. Incluso, de acuerdo al grupo de expertos, su volumen actual es inferior al 1% de lo que tenía en 2010.

Para comprobar su tesis, el grupo ha analizado varias fotos aéreas existentes desde 1950 y hasta escritos de principios de 1800. Todas las evidencias sugieren que el fenómeno jamás se había presentado.

La desaparición del Waiau constituye una verdadera pérdida para la isla caribeña, esencialmente, por un motivo: los nativos creen que esas aguas son una especie de puertas hacia otros mundos que conecta a la Tierra con otros planos espirituales. Por ello, siguen una vieja costumbre: arrojar el cordón umbilical de los niños recién nacidos a sus profundidades, con la esperanza de que ese “regalo” les permita tener una vida larga y próspera.

De hecho, la cumbre misma del volcán es considerado un sitio sagrado y es arqueológicamente valioso. Además, el lago tiene un valor biológico incalculable: alberga una buena cantidad de microorganismos y de algas verdes. Este hecho se produce en medio de varios estudios que alertan sobre el impacto del cambio climático. Hace poco más dos semanas, el informe del IPCC advertía sobre los futuros riesgos de tomar acciones concretas frente al calentamiento global: escasez de agua y de alimentos, desaparición de playas, incremento de migraciones y aumento de conflictos.