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Así se calibra el ciclo del sueño cuando salimos de camping

Por El Espectador | 7 Febrero, 2017 - 09:50
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El insomnio es una condición que a largo plazo puede generar trastornos de humor, diabetes y obesidad.

Aunque, aparentemente, resolver el problema del insomnio es un tema complejo, hay una manera de resetear el reloj biológico de nuestro cuerpo. Según un estudio de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, la exposición a la luz natural del sol contribuye a mejorar las horas de sueño. En cambio, la iluminación eléctrica afecta el marcapasos circadiano o reloj humano.
 
A diferencia de un aparato común, que se ajusta con minúsculas agujas y diminutas baterías, el reloj humano funciona con señales externas del entorno, como la exposición a la luz y a la oscuridad. La luz llega directamente a la retina, regulando así la producción de melatonina, una hormona que sincroniza el reloj interno de acuerdo con la cantidad de iluminación que reciba.
 
Exponerse a la luz eléctrica durante largas jornadas reduce la sensibilidad de nuestro reloj interno, retrasando las horas de sueño. Mientras que la iluminación natural aumenta la producción de melatonina y la capacidad de dormir más tiempo.
 
Para llegar a esta conclusión, los científicos enviaron a cinco personas, entre 21 y 39 años, a un campamento de seis días en Rocky Mountains, Colorado. La condición inicial para los participantes fue dejar en la ciudad cualquier aparato electrónico y disfrutar de la luz del sol y la luna.
 
Después de unos días, los campistas iban a sus tiendas dos horas antes de lo habitual para acostarse a dormir, descansando, en total, diez horas. Mientras que en casa solían dormir un promedio de siete horas y media.
 
Al analizar el comportamiento de los asistentes luego de una larga noche de reposo, los científicos notaron que tenían una actitud diferente. “Los monitores evidenciaron que los campistas estaban más activos durante el día, por haberse expuesto a niveles de luz hasta 13 veces mayores a los que recibían en casa”, concluye el estudio.
 
De regreso a la ciudad, los científicos llevaron a los participantes a su laboratorio para medir los niveles de melatonina. “Su melatonina había comenzado a aumentar y a preparar su cuerpo para dormir dos horas y media más de lo habitual”, dicen los científicos.
 
En su estudio concluyeron que una semana de exposición a la luz natural fue suficiente para alcanzar un cambio del 69 % en el marcapasos circadiano. “Con este estudio demostramos que el reloj humano puede adecuarse a dormir más temprano gracias a la iluminación natural durante una semana de campamento”, sugiere la investigación.