Para Vargas Llosa el erotismo es un síntoma de alta civilización. “En el amor no hay que aburrirse, exige creatividad, además de una inversión de tiempo y de cultura que lo convierte en arte. Los pueblos primitivos lo veían como un desfogue animal y la cultura lo ha transformado en algo complejo y rico”, ha dicho en la prensa el también ex candidato presidencial.

 

“Cinco esquinas”  (Alfaguara), que se lanzó el pasado jueves 3 de marzo en España y América Latina, toma su nombre de un barrio limeño que ha estado sumergido en los vaivenes de la historia del Perú.

 

Vargas Llosa, que el 28 de enero cumple 80 años, advierte que esta novela no es política como –por ejemplo- “Conversación en la catedral” (1969), sino más bien social, en la que se habla en parte del "sentir humano" durante la administración de Fujimori.

 

 

En su nueva obra el escritor ha dejado todo el protagonismo a la historia. Maneja una estructura tradicional, además de que ha dedicado un especial cuidado al manejo del lenguaje, a su narrativa. 

 

“Quiero mucho al periodismo, es una actividad que me entusiasma, y me apena mucho la deriva que ha llegado a tener en nuestro tiempo. En muchos casos se ha convertido en una forma de entretenimiento que no tiene límites, utiliza el escándalo y se basa en husmear en la basura humana”, dijo el autor durante la presentación del libro en la Casa de América de Madrid España.