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Claves para el correcto uso de las mochilas en niños

Por LifeStyle | 3 Marzo, 2016 - 09:47
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Experto da recomendaciones en cuanto al adecuado peso y medida que deben considerarse para los menores, especialmente en bolsos usados en su dinámica estudiantil.

Marzo implica en muchos países de América Latina retomar el ritmo estudiantil. En la última década se da con facilidad que los niños reemplacen bolsones, maletines o bolsos por mochilas.
 
Si bien el cambio implica facilidad en el traslado y permite incluir más cosas, lo cierto es que se trata de una materia que debe verse con ojo atento, pensando en la salud de los menores. 
 
El director del Programa de Quiropraxia de la Universidad Central de Chile, David López, señala que “la columna de un niño se encuentra en desarrollo y no está madura para cargar mucho peso ni tampoco para hacerlo en forma prolongada; el exceso de peso puede dañar la maduración de las placas de crecimiento vertebral y provocar pequeños desgarros discales en un niño que más tarde evolucionarán hacia una discopatía”.
 
El peso de la mochila nunca debe exceder el 15% a 20% del peso corporal. Es decir, si un niño pesa 40 kilos, la mochila no tiene que sobrepasar los 6 kilos y usar como máximo 8 kilos.
 
 
“Exceder el 20% del peso corporal es nocivo para una columna en crecimiento y la postura en general, pues el niño compensa el exceso inclinando el tronco y proyectando hacia adelante su cabeza,  lo que facilita la instalación de un dorso curvo”, añade el quiropráctico y kinesiólogo experto en columna vertebral.
 
Otra recomendación es que la mochila sea utilizada para trayectos cortos, sujeta siempre en ambos hombros, ya que si se usa colgando de un solo hombro facilita la postura escoliótica, pudiendo producir dolor y fatiga muscular.
 
El experto afirma que los padres tienden a comprarles una mochila grande a sus hijos pequeños, lo que es un error. “La mochila, sin contar sus tirantes, debiera medir no más dos tercios de la distancia que existe entre la última vértebra lumbar hasta la base del cuello. Es decir, si la espalda de su hijo o hija, desde el sacro hasta la nuca, mide 40 centímetros, la mochila no debiera exceder los 30 centímetros”, explica.
 
 
Una vez instalada sobre los hombros, la mochila nunca debe sobrepasar la zona lumbosacra, con unos seis centímetros por sobre el sacro (cerca donde terminan las costillas) para evitar que la tracción del peso sobre los hombros se incremente. Además los correajes deben tener ancho mínimo de 5-6 centímetros y ser acolchados, ya que cuando son estrechos comprimen los tejidos, generando dolor en los hombros.
 
La alternativa de mochilas con ruedas también hoy está al alcance de muchos. En ese caso hay que evitar igualmente que el niño cargue mucho peso y que transite por caminos muy irregulares, “las tracciones repetitivas sobre la extremidad también podrían provocar sobreuso al hombro, codo y mano e inflamación muscular, entre otros problemas”, detalla el experto.