A continuación presentamos algunos consejos para que los tengas en cuenta en tu primer día en el gimnasio.

 

 

Lo primero que puedes considerar es que los resultados tardarán un tiempo en llegar, por lo que no te desanimes si en los primeros días no hay cambios en tu cuerpo.

 

Puedes intentar establecer pequeñas metas cada cierto tiempo, para que poco a poco vayas logrando esa gratificación tan necesaria para que te motives a seguir trabajando.

 

 

Procura mantener una mentalidad y actitud positiva, para que de esta manera tu experiencia en el gimnasio sea lo más placentera posible. Algunas ideas que puedes intentar para esto es llevar en el celular tus canciones favoritas, así te animarás en las actividades.

 

 

Esto es sumamente importante: la motivación. Ten en cuenta que si ya has dado el primer paso -el de inscribirte en un gimnasio- sólo queda en ti la decisión de seguir esforzándote.

 

Para que esta motivación no se pierda durante el camino, puedes prestar atención y comparar el estado de ánimo que tienes cada vez que ingresas al gimnasio, con el que tienes cuando terminas tu rutina y sales del recinto. Es probable que la sensación de satisfacción te ayude a mantener el trabajo.

 

 

Hablando de un tema netamente físico, es primordial que antes de desarrollar los ejercicios comiences con una rutina de calentamiento, lo que permitirá que tu cuerpo se vaya preparando y adaptando a las fases de la actividad.

 

Esto te ayudará a prevenir lesiones y además restablecerá la movilidad de las articulaciones. Consulta con un entrenador del gimnasio sobre cuál es el tipo de calentamiento adecuado para ti.