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El desierto de Atacama, terreno ideal para estudiar posibilidad de vida en Marte

Por Télam | 2 Marzo, 2017 - 14:04
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El paraje más seco del mundo, ubicado a más de 800 kilómetros de Santiago, "es lo más parecido al planeta rojo", según astrobiólogo.

Al envío desde la NASA de robots para ser probados en condiciones extremas, Azúa suma ahora el estudio de microorganismos en este desierto chileno donde no caen más de 0,2 milímetros de precipitaciones en el año, según un cable de Ansa.
 
El científico elegido como uno de los 15 "extraordinarios pensadores e innovadores" del programa TED Fellows, aseguró que "todo lo que se envía a Marte se prueba en el desierto de Atacama, porque es lo más parecido al planeta rojo. Es la mejor plataforma de testeo que puede haber".
 
Sus investigaciones lo llevaron a plantearse aspectos fundamentales en torno a las condiciones básicas para la subsistencia, incluyendo la idea de que la disponibilidad de agua no fuera limitante, por ejemplo, para la vida en Marte. O que la vida hubiera empezado primero en el planeta rojo y no en la Tierra.
 
Azúa contó de sus hallazgos en la tradicional portada de Antofagasta donde descubrió cavernas a las que casi no llega la luz y que a unos 30 metros adentro se pueden encontrar pequeñas formas de vida que sobreviven con apenas el 0,1 por ciento de fotosíntesis.
 
 
En la cordillera de la costa descubrieron vida bajo las piedras de cuarzo, mineral que se mantiene más frío que el entorno. En esta zona, precisó, "la camanchaca (llovizna fina) genera una isla de diversidad con una 70 variedades de microorganismos".
 
Azúa, quien se crió en Chuquicamata y conoce en detalle el desierto de Atacama, sostuvo que "hay especies que no sólo soportan la desecación sino que siguen viviendo en estado de secado".
 
El científico aseveró que estos descubrimientos tienen posibles aplicaciones futuras, como poder manejar genéticamente las plantas para que necesiten menos agua de riego, pero también en la medicina.
 
"Cuando se envía tejido en el caso de un trasplante se requiere cierta temperatura o cierto nivel de hidratación para que ese órgano no deje de estar apto. En estos casos, sabiendo qué tipo de azúcares son los que protegen mejor las células, se podría mandar un corazón bien recubierto en sucrosa y va a tener más tiempo de llegar a destino", explicó.
 
Azúa es coinvestigador de un proyecto de la NASA que pretende enviar un invernadero a la Luna y a Marte; también del primer experimento de ingeniería genética y participa en uno de los equipos que compiten en el Lunar Google X Prize para despachar un robot a la Luna.