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¿El ejercicio físico libera al cuerpo de la depresión?
Organización Mundial de la Salud estima que más de 350 millones de personas sufren depresión en la actualidad.
La quinurenina es una sustancia que se acumula en la sangre en los momentos de estrés. Su exceso resulta perjudicial para el cerebro. El ejercicio físico constante ayuda a que el músculo esquelético libere esta sustancia, generando un efecto de control.
Las positivas consecuencias de la actividad física en el ánimo general de las personas se conoce desde hace tiempo. Sin embargo, un reciente estudio de científicos suecos logró conocer el funcionamiento de este mecanismo protector.
Especialistas del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), efectuaron investigaciones en ratones que permitieron conocer cómo el ejercicio genera reacciones en la zona del músculo esquelético (un tipo de músculo unido al esqueleto), limpiando la sangre de la quinurenina, que se va acumulando en la medida que aumentan preocupaciones, estrés y presiones.
Todo ello genera inexorables consecuencias a nivel cerebral.
Mia Lindskog, investigadora del departamento de Neurociencia de la institución sueca, precisó que el estudio no entrega respuestas totales, sino que forma parte de un trabajo mayor. Dice que el hallazgo de los expertos permite conocer el punto específico de la consecuencia que origina el ejercicio, pero no explica -por ejemplo- qué es la depresión.
"Nuestro estudio forma parte de una pieza más del rompecabezas, ya que sólo logramos dar una explicación a los cambios bioquímicos que protegen al cerebro del estrés, gracias al ejercicio físico”, explica la experta.
"Nos encontramos con que los músculos bien entrenados producen una enzima que depura el cuerpo de sustancias perjudiciales. En este contexto, la función del músculo recuerda a la del riñón o el hígado”, comenta Jorge Ruas, investigador principal del estudio y miembro del departamento de Psicología y Farmacología del Instituto Karolinska.
En términos técnicos la proteína PGC-1α1 regula la expresión de los genes KAT. El estudio arroja que los ratones con altos niveles de la primera en los músculos, también tenían altos niveles de la enzima KAT.
Esta última convierte a la quinurenina en ácido quinurénico, incapaz de pasar de la sangre al cerebro y, por tanto, no afectando a este órgano y, en términos prácticos, disminuyendo las posibilidades de depresión.
Si bien aún no se conoce la función exacta de la quinurenina, los pacientes con enfermedades mentales tienen altos niveles de esta sustancia.
El Instituto Karolinska subraya que la principal conclusión es que al entrenar los músculos, vía actividad física, aumentan los niveles de PGC-1α1, activándose un mecanismo de desintoxicación que protege de la depresión producida por estrés.
La Organización Mundial de la Salud calcula que más de 350 millones de personas sufren depresión.