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El viejo Tetris, abuelo ruso de los videojuegos, cumple treinta años

Por LifeStyle.com/ Agencias | 9 Junio, 2014 - 17:50
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El viejo Tetris, abuelo ruso de los videojuegos, cumple treinta años Aunque el juego no es una oda a la complejidad, resultó ser entretenido y popular. Logró, nada menos, saltarse la Guerra Fría y ser distribuido en todo el mundo.

Con varios premios Guinness encima, la historia del juego que sirvió de entrada a las primeras aplicaciones para celulares comienza en 1984, cuando Alexéi Plajitnov recibió un Elektronika 60 (copia soviética del norteamericano PDP-11) y empezó a programar juegos binarios.

Plajitnov tenía 29 años y desarrollaba inteligencia artificial en la Academia Soviética de las Ciencias. Su atracción por los puzzles y el tenis se juntaron cuando se sentó frente a la pantalla del computador.

De los los puzzles, el joven investigador  tomó los pentaminós griegos, una especie de dominó geométrico de cinco cuadros unidos. Del tenis sacó la idea de caída en cascada, la múltiple llegada de desafíos a los que hay que responder. Tras reducir de cinco a cuatro piezas (tetra) las figuras que caen, decidió juntar ambos términos para presentar a la nueva criatura: Tetris (tetrominó + tenis).

El juego no es una oda a la complejidad: bloques de piezas de diferente forma caen, cada vez a más velocidad, lo que hace gradualmente más difícil la tarea de encajar las figuras para crear líneas y hacer espacio para lo que viene.

Había una sola regla que no debía incumplirse: si las líneas llenan la pantalla se acaba el juego.

Y aunque no es un ajedrez, lo cierto es que el Tetris resultó ser entretenido y popular. Tanto que en el año 2010 se realizó un el campeonato mundial en Los Angeles. Caída tras caída, cuadro a cuadro, el jueguoto del puzzle-cascada comenzó a conquistar el mundo.

La Guerra Fría alucinaba con este juego extraño y veía entre líneas una evidente estrategia de la URSS para expandir adicciones psicológicas entre los jóvenes norteamericanos.

Y es que era 1984. El mundo se dividía entre buenos y malos. La raíz del Tetris es demasiado rusa como para no ser vista con sospecha en esos años.

Alexéi Plajitnov se reunió con Dmitry Pavlovski, quienes junto a un inquieto adolescente de 16 años, Vadim Gerasimov, eran todos fanáticos de los algoritmos de encriptación de MS-DOS y de los flamantes IBM PCs.

La primera idea fue crear juegos para el nuevo computador. En el prototipo los encajes eran por medio de cursores. Lo desarrollaron y distribuyeron entre conocidos y amigos, lo que les valió cierta fama pero no dinero.

A finales de 1985 llevaron el Tetris a MS-DOS, en julio de 1986 fue presentado en Budapest, donde programadores húngaros lo prepararon para el Apple II y el Commodore 64.

Allí llamó la atención de Robert Stein, presidente de la compañía británica de software Andromeda. Stein contactó Pajitnov y comenzó las negociaciones para hacerse con los derechos de propiedad delsisi las líneas llenan la pantalla se acaba el juego. las líneas llenan la pantalla se acaba el juego. juego; entre tanto llegó a un acuerdo con Microsoft para su futura distribución comercial.

Tras las dificultades para cerrar un trato con Alexéi Pajitnov (quien carecía de toda experiencia “capitalista”si las líneas llenan la pantalla se acaba el juego.), Stein piensa en contactar a los programadores húngaros y reconocerles a ellos como inventores.

Tuvo que venir otra “intervención capitalista” para salvar el honor de Pajitnov. La cadena televisiva CBS lo entrevistó, presentándolo públciamente como el inventor del juego.

La entidad soviética Elorg (Elektronorgtekhnika) retomó las negociaciones con Stein y, al final, llegaron a un acuerdo sobre los derechos de propiedad del juego. No obstante, estos desencuentros y demandas sólo serán los primeros en la larga vida del Tetris, ya que cada nueva adaptación (de PC a máquinas tragamonedas, y de ahí a Game Boy o a los celulares) conllevará una batalla legal por su comercialización.


 
Para muchos de los usuarios, clave del éxito del Tetris se debe a la adrenalina que produce y a la música, una vieja canción folclórica rusa llamada “Korobeiniki”, basada en un poema de Nikolai Nekrasov que cuenta cómo un buhonero besa a Katia y se escapa con ella a un campo de centeno.

Otros seguidores del juego subrayan que se trata de una metáfora de las relaciones humanas, en las que unas personas encajan mejor que otras, dependiendo de las formas y los ángulos, más que de las esencias.

Compañero de ruta de nombres tan populares como el  Super-Mario de Nintendo o el Pac-Man, lo cierto es que el Tetris viene siendo algo así como el abuelo ruso de la familia, cumpliendo treinta años ordenando dominós geométricos de cuatro cuadros unidos, en medio de una permanente cascada que obliga a cumplir la regla total: evitar que las líneas llenen la pantalla.