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Estatua del presidente Juan Manuel Santos divide a pequeño municipio

Por El Espectador | 28 Febrero, 2017 - 13:23
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Alcalde de Belén de Andaquíes defiende la instalación, no obstante violaría las normas.

Belén de Andaquíes cumplió cien años y en medio de esta celebración se armó el alboroto. En el municipio del departamento del Caquetá no se hablaba de un tema diferente a la instalación de una estatua del presidente Juan Manuel Santos como homenaje por “su compromiso con la paz”, las críticas hacia la “lambonería” de la administración no se hicieron esperar, pero el debate de fondo es que con esta figura de tamaño real, realizada por el artista Aníbal Castillo, se estaría violando la ley.
 
Es el tema del que todos hablan cuando pasan por el lado de esta efigie ubicada a pocos metros de la galería del pueblo. Así lo reconoce el alcalde Edilmer Leonardo Ducuara, quien sabe de la polarización que hay en el país. “Tan pronto fue instalada no faltaron quienes calificaron el tema como una adulación, pero creo que es el momento de reconocer que en Belén de Andaquíes la guerra ya se fue, yo crecí viendo ataques de la guerrilla y eso ya no se da. Debemos reconocer lo bueno que nos ha dejado la paz”, afirmó.
 
Así defiende Ducuara el permiso que dio para poner este llamativo homenaje al presidente. Sin embargo, cuando se habla de presupuesto y de normas, se abstrae del debate. Asegura que la polémica estatua fue promovida por la Fundación Corpocom que reunió el presupuesto. Sobre la ubicación en uno de los lugares más emblemáticos del municipio, sabe que hay normas que lo prohíben, pero ratifica la decisión.
 
El debate legal de fondo se basa en dos decretos. El primero es el 2759 de 1997 que claramente manifiesta que “prohíbese la colocación de placas o leyendas o la erección de monumentos destinados a recordar la participación de los funcionarios en ejercicio, en la construcción de obras públicas, a menos que así lo disponga una ley del Congreso”.
 
 
El decreto 1678 de 1958 también prohíbe la instalación de la obra. “Prohíbese colocar en las oficinas públicas retratos del presidente de la república o de otros funcionarios públicos, lo mismo que cualquier grabado o leyenda que directa o indirectamente pueda interpretarse como homenaje de los titulares o empleados de dichas oficinas al primer mandatario de la nación”. Asío de claro lo deja la norma.
 
Ante las críticas, el alcalde Ducuara deja la responsabilidad en manos de la Fundación Corpocom, que la dirigen Wiliam Wilches y su hija Paola, ellos tienen un museo de historia en Florencia y son reconocidos en la región. Reunieron cerca de $35 millones y llevaron la imagen de Santos a Belén de Andaquíes.
 
El artista Aníbal Castillo sabe del debate, reconoce que lo mejor que puede pasar en el Caquetá es la paz, pero prefiere referirse solo a su obra. “La hice en un tiempo record de solo 33 días, para tenerla lista para los 100 años de Belén (de Andaquíes). Su peso es de 130 kilos y de altura tiene 1.80 centímetros. Fue un proceso serio de revisión de fisionomía del personaje”.
 
Más allá de la polémica entre quienes califican de enmermelado al alcalde Ducuara o de una eventual violación de la ley, Castillo defiende el motivo de su obra al afirmar que “creo que tenemos la oportunidad de vivir en un país diferente, yo como artista veo a un hombre que toma la decisión de acabar con un grupo armado, no con la guerra, sino con inteligencia. Me le quito el sombrero”.
 
El alcalde de Belén de Andaquíes, Edilmer Ducura, sabe que su municipio no está exento de la polarización del país, reconoce que la instalación de la estatua generó que le dijeran “alcalde lambón, alcalde enmermelado, una polémica que ha venido bajando. Creo que las personas, como yo lo hago, reconocen que ya no vivimos en guerra”.