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Flores de Bach: complemento, no medicamento

Por Agencias | 4 Enero, 2017 - 08:24
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Psicólogo recalca que estas esencias son un elemento que respalda el proceso psicoterapéutico.

Las flores de Bach son una serie de esencias florales utilizadas como apoyo para tratar diversas situaciones emocionales. Esto ha llevado a que muchas personas las consideren como un elemento que generará rápidamente y por sí solo un cambio en ellas, pero estas gotas no son mágicas.
 
El psicólogo y magíster (c) Cristián Bosco, profesor de la escuela de Psicología de la U. del Pacífico, plantea que “esta lógica del fármaco es la que genera una suerte de realismo mágico frente a las flores de Bach”, categoría que le dan algunos pacientes e incluso algunos terapeutas.
 
Para el experto, esta dinámica de funcionamiento resta importancia al proceso psicoterapéutico, centrando el foco en la creencia de que las gotas hacen el trabajo y no en el proceso de la persona al hacerse cargo de sus problemas.
 
“Mi crítica se estructura desde el lugar del fenómeno de la ‘medicalización’, pues las personas buscan en las esencias una suerte de función similar a las que tienen los fármacos en el imaginario. Es decir, un elemento que sea capaz por sí mismo de sanar o curar un malestar o dolencia, que en este caso corresponde al ámbito de lo psicológico y emocional, suprimiéndose la dimensión del ‘hacerse cargo’ del porqué o raíz de este malestar o somatización”, precisa.
 
Es por tal motivo que el psicólogo, quien además es terapeuta floral y formador en la disciplina entre sus colegas, dice que es necesario comprender a las esencias florales como elementos coadyuvantes al proceso psicoterapéutico, las que logran catalizar el proceso de elaboración de las diferentes temáticas que subyacen a la sintomatología y temática psicoterapéutica.
 
 
“Por ello, es fundamental que el terapeuta que trabaja con esencias florales desde el espacio psicoterapéutico, especifique la función de éstas y que, por lo tanto, deje en claro que cumplen una función movilizadora del proceso y no que resolverán por sí mismas los conflictos propios de la persona”, explica.
 
Según Bosco, "el psicoterapeuta que trabaja con las esencias florales puede cumplir dos roles: trabajar desde el 'acompañamiento floral', lo que significa que ocupa las esencias para acompañar determinados procesos más superficiales, como, por ejemplo: estrés, dificultad para dormir, cuadro ansioso frente a una situación puntual, concentración; y desde el rol de psicoterapeuta que ocupa las esencias como elementos coadyuvantes al proceso psicoterapéutico".
 
"En ambos casos, el terapeuta debe tener una formación en esencias florales que integren el conocimiento de las esencias y sus funciones, acompañado de una adecuada profundización en la casuística que le permita distinguir cómo realizar una adecuada anamnesis clínica (diagnóstico) y conocer además los límites de hasta dónde entrar con las esencias. La persona necesita tener una adecuada formación en psicoterapia y psicología clínica y es fundamental el trabajo personal con las esencias (haberlas experimentado) y la supervisión durante los primeros años", agrega.
 
Finalmente, el especialista recalcó que "las esencias florales son útiles para acompañar cualquier tipo de proceso psicoterapéutico, no obstante es fundamental que la persona decida libre y voluntariamente apoyar su proceso con las esencias. Ahora, en el caso de niños, suele encontrarse resultados mucho más rápidos y movilizadores cuando se trabaja con las esencias. Mientras mayor es la persona, las esencias generan movimientos, pero estos suelen manifestarse de manera directamente proporcional a su nivel de rigidización".