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Guía para descubrir la belleza de Cerdeña, la isla de los mil azules

Por Carina Novarese/ El Observador | 23 Septiembre, 2016 - 11:46
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Enclavada en el Mediterráneo de Italia, es un lugar sin playas feas: hay playas espectaculares y playas lindas.

"La vida en Cerdeña es probablemente lo mejor a lo que pueda aspirar el hombre: 24 mil millas de bosques, campos y costas, rodeadas de un mar milagroso, es lo que yo le recomendaría a Dios que nos diera como paraíso", escribió el cantautor italiano Fabrizio De André. Su frase resume la fascinación que genera esta isla italiana enclavada en el Mediterráneo.
 
Cerdeña es uno de los principales centros turísticos de la región. La primera razón rompe los ojos: el azul turquesa único de su mar, que deviene en mil y una tonalidades en los cientos de playas, calas y puntas rocosas ubicadas en sus 1.850 kilómetros de costa.
 
En Cerdeña no hay playas feas: hay playas espectaculares y playas lindas. Allí, sin embargo, es mejor pensar en términos de mar, porque de hecho los azules más profundos mezclados con turquesas cristalinos (por el fondo llano de arena) se encuentran sobre todo al lado de las costas rocosas.
 
Pero, además de playas, Cerdeña tiene una tradición milenaria y costumbres locales que le dan una identidad clara, lo que incluye delicias autóctonas y hasta cepas de vino.
 
Aquí, algunos piques y sugerencias para optimizar su visita.
 
¿Dónde quedarse?
 
Intente alojarse en un hotel o casa que tenga salida directa al mar. En muchos casos la costa es rocosa y lo mejor para bajar a bañarse es comprar un par de zapatos de goma para agua (se consiguen por € 10 en cualquier tienda local). El agua de Cerdeña invita a nadar; es conveniente equiparse con unos buenos lentes o máscara submarina (el agua es muy salada) y, si es posible, de patas de rana.
 
 
¿Cuándo ir?
 
Si prefiere las playas sin muchedumbres, no vaya entre julio y agosto. Una playa de arena rosa, agua turquesa y vistas interminables puede ser mucho menos disfrutable cuando se llena de cientos de sombrillas y sillas (en buena parte de alquiler) y, con ellas, de miles de personas.
 
¿Cuánto tiempo?
 
No vaya por menos de una semana. El encanto de Cerdeña, sus playas inigualables y su gente amable y siempre dispuesta a dar una mano en cualquier idioma ("aquí estamos abiertos cuando usted lo disponga", me dijo Pepe, el dueño de un agriturismo, cuando le pregunté hasta qué hora podíamos ir a almorzar) le harán difícil la partida.
 
¿Cómo armar su itinerario?
 
No intente conocer toda la isla de un tirón. Elija un centro de operaciones (sur, norte, noreste, etc.) y desde allí planee rutas hacia playas diferentes o hasta el archipiélago de las siete islas Maddalena *, al norte de Costa Esmeralda, entre Cerdeña y Córcega.
 
¿Qué hacer?
 
La mejor manera de conocer Cerdeña es por mar. Averigüe en las marinas, en las que se puede conseguir un gomón para cinco personas por unos € 100 por medio día. Prepare un picnic y pare en medio del mar para comer paninos de jamón crudo con un buen vermentino. Visite las grutas de Neptuno. Se puede acceder por mar o con esfuerzo, a través de los 665 escalones de la escala del Cabirol. La segunda opción le permite ver desde tierra impresionantes paisajes de mar y rocas en el parque nacional de Porto Conto.
 
 
¿Cómo llegar?
 
Hay ferrys y vuelos desde casi todos los países cercanos. Aunque el ferry demora más, también es un paseo disfrutable. Puede elegir viajar de noche y por un poco más de dinero pagar una cabina en la que se puede dormir –casi– cómodamente. Además, tómese su tiempo para no hacer nada más que mirar el mar, nadar y comer (mirando al mar).
 
Las claves
 
La Pelosa está en la parte nororiental, cerca del pueblo de pescadores de Stintino, que también vale la pena visitar.
 
Alghero: pueblo con encanto medieval, mezcla de Italia y España, porque en 1354 fue conquistada por la Corona de Aragón y allí se establecieron colonos que provenían de Barcelona. Por eso la llaman la Barceloneta y buena parte de sus habitantes habla catalán. Persisten tradiciones tales como la deliciosa crema catalana y el turrón de almendras (pruebe ambos).
 
Agriturismos: comida casera y típica. Una de hasta cinco platos se paga desde € 20 por persona, pero se pueden elegir opciones de tres platos. No planee comer más ese día.
 
Culurgiones: es la pasta tradicional de la región de Ogliastra, rellena de papas y menta. En Arzana se los rellena de hongos porcini.
 
Vermentino di Gallura: este vino blanco, seco y perfecto para acompañar la variedad de platos de mar que ofrece la isla, se obtiene de las viñas que llevan su nombre. Si bien también se cultivan en Italia, se dan particularmente bien en Cerdeña.