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Hoteles en redondo: una experiencia tubular que llega a América Latina

Por Daniel Galilea | 12 Mayo, 2014 - 18:00
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Surgida en Europa, la tendencia cilíndrica en la oferta hotelera llega a México. Gestores de los proyectos reconocen influencia alemana y austríaca, pero "hemos querido darle otro ambiente, tipo albergue u hostal para que la gente se relacione y se sienta como en casa".

Uno de los primeros antecedentes de los denominados hoteles-tubo surgió en Europa, concretamente en Austria, donde el arquitecto de ese país Andreas Strauss diseñó el Das Park Hotel utilizando grandes tubos de desagüe, cuyo gris interior fue "humanizado"” por el artista local Thomas Latzel Ochoa, incluyendo ilustraciones en sus paredes.

Actualmente funcionan dos Das Park Hotel en primavera y verano: uno con cinco habitaciones-tubo, en el parque Bernepark de Bottrop-Ebel cerca de Essen, en Alemania; y el otro, de tres habitaciones-tubo, en el parque Rodlpark en Ottensheim, en Austria, cerca del río Danubio, donde los viajeros pueden pernoctar o disfrutar de breves estancias en un entorno natural de aire puro y vegetación relajante.

El tubohotel del parque Bernepark está formado por cinco tubos, cada uno de 3 metros de largo, 2,40 metros de diámetro y 11,5 toneladas de peso que, según Strauss, se convierte "en un lugar para refugiarse de la vertiginosa vida cotidiana".

El innovador concepto ha saltado del frío centro europeo a la cálida costa caribeña de México, donde funciona un hotel denominado TuboTulum Hostel, situado en Tulum, en la Riviera Maya y que alberga habitaciones dentro de enormes tubos de hormigón, incorporando en sus servicios una zona común con cocina para que sus clientes puedan relacionarse.

Para buscadores de experiencias

Situado en la localidad Tulum, a 120 kilómetros de Cancún y a 60 kilómetros de Playa del Carmen, el TuboTulum Hostel está enclavado en una zona en la que destacan como atractivos las ruinas de una ciudad amurallada de los mayas, una maravillosa playa y los cenotes, lagos subterráneos alojados en cavernas, característicos de la península de Yucatán. “

Cada vez más gente viaja para vivir experiencias sencillas, ecológicas y originales, y el tubo-hotel no les deja indiferente, ya que es uno de esos establecimientos que se recuerdan y a los que se les hace fotos para enseñar a sus amigos”, asegura Antonio Villena Díaz, uno de los fundadores de TuboTulum.

Este peculiar hostal, “único en el mundo en una zona turística costera”, según su fundador, está situado al pie de la carretera que va desde el pueblo de Tulum a sus playas, cerca de servicios como restaurantes y supermercados, y a dos mil metros de la playa.

Según Villena, el nuevo hotel está construido respetando la naturaleza, ya que los tubos de hormigón se asientan solo en la superficie, conservando la mayoría de árboles existentes en la zona edificada, y se enmarca en el llamado turismo ‘ecochic’, que se caracteriza por hoteles más pequeños, ecológicos e integrados en el entorno, como cabañas en la playa, y que ahora se está desarrollando en Tulum.

Según explica Villena "las edificaciones del hotel incluyen palapa, una construcción típica de la zona con techo de zacate, una especie de paja, y un total de 12 tubo-habitaciones, que son de hormigón standard para el drenaje, de 2,5 metros de diámetro y 2,5 metros de largo". “

Los baños son comunes y en la palapa está la zona común, una cocina y unos tubos mesa”, añade. “Su diámetro interior es de 2,13 metros, lo que deja unas paredes de 20 centímetros de espesor. Cada tubo pesa unos 9.000 kilos y aísla muy bien al ser muy grueso”, destaca.

La amistosa cocina cilíndrica

Los cuartos están alojados en tubos completos y “en la palapa hemos utilizado dos tubos por la mitad, en los que hemos colocado una mesa y bancos. También utilizamos tubos más pequeños para los armarios de la cocina”, señala.

Consultado sobre como se ha respetado el medioambiente, Villena argumenta que, además de haber dejado intacto prácticamente la mayoría de árboles que había en el terreno, “la palapa se ha construido siguiendo las costumbres de la zona en la que se utiliza mucha madera y zacate como material de construcción".

La zona común de la cocina tiene una función doble: ofrecer un lugar donde cocinar a la gente que viaja varios días y está cansada de comer en restaurantes y, por otra parte, proporcionar un espacio en el que sea fácil interactuar con otros viajeros y así conocerse, creándose un ambiente que en un hotel es muy difícil de conseguir, de acuerdo a Villena.

Respecto de las comodidades, indica que los tubos "son pequeños pero confortables y con aire", y que su mayor inconveniente es que hay que compartir el baño, lo que “a algunos clientes les incomoda y a otros no les importa”.

Villena admite que se han inspirado en la idea de los tubo-hoteles de Austria y Alemania, aunque “hemos querido darle otro ambiente, tipo albergue u hostal para que la gente se relacione y se sienta como en casa en la zona común". Respecto de cuál es el perfil de turista o viajero que es más afín al Tubohotel, señala que este concepto es recomendable para aquella gente a la que le gusta experimentar novedades, y es ideal "tanto para las parejas jóvenes como para las parejas de amigas, ya que a las chicas normalmente no les importa compartir cuarto". “

Como no tenemos tubos individuales, a los viajeros solitarios les sale un poco más caro, aunque también vienen”, apunta. “Por lo que nos comentan los visitantes, creo que hemos conseguido un ambiente con cierta armonía y completamente diferente a otros alojamientos, en el cual la gente se encuentra a gusto, ya que muchos amplían su estancia”, finaliza Villena.

(EFE/REPORTAJES)