La empresa canadiense de cerámicas PAC juega en el límite. Se dice que su nueva línea de vajilla no es apropiada para usarla cuando los padres o los abuelos estén de visita.

Kris Aaron y Andy Walker son dos diseñadores que, si bien proponen una línea de productos para el mundo gay, lo cierto es que el valor estético de sus productos es por sobre la media.

Mezclando una presentación general clásica, con una clara rememoranza sesentera en las formas de platos y utensilios, el diseño es claramente atractivo.

La línea de diseño en el borde, por ejemplo, es un homenaje a la tradición, pero va adquiriendo diversos toques modernos y personalizados en varias de las alternativas que manejan.

Hay variados motivos estéticos, que apelan tanto a preferencias eróticas como a sentimientos, a cierto humor sarcástico como a imágenes más tiernas y, aunque en ocasiones constityuyen relecturas del cómics, en otras son vueltas de tuerca a técnicas clásicas.

La otra gracia de estas cerámicas es que son pintadas a mano, constituyéndose en piezas únicas. Este punto no es menor. Se trata de una activa tendencia: contar con elementos propios y distintivos a la hora de comer o tomar el té.

Eso sí, con un cuidado con las propuestas de PAC: depende de las visitas...