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Juan Morris, autor de "Cerati, la biografía": "Gustavo le regaló a sus seguidores un adiós desde lo más alto"

Por Claudio Pereda Madrid | 4 Septiembre, 2015 - 17:02
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El autor resume al artista como obsesivo, enfocado en el futuro y poseedor de una poderosa capacidad para captar lo que viene. Dice que "Gustavo juntó talentos muy poco frecuentes, cantaba bien, era un gran guitarrista, componía de manera óptima y tuvo mucho éxito".

Terminada en junio de este año, esta intensa y documentada biografía de Gustavo Cerati le tomó cuatro años de vida a su joven autor, el periodista argentino Juan Morris, secretario de Redacción de la prestigiosa Rolling Stone local.

Construido a base de una completísima y muy entretenida contextualización de Cerati y Soda Stereo en el mundo musical argentino, el libro no sólo tiene la gracia de los datos adecuados y que conforman la sabia de una investigación sólida.

Gracias a una talentosa pluma, la propuesta también es capaz de transportar a los lugares y a los momentos que describe, planteando un don de ubicuidad que -por cierto- le aporta un permanente atractivo al relato, que no usa citas y que tampoco es literario.



Morris resume a Cerati como un artista talentoso, obsesivo, muy enfocado en el futuro y poseedor de una poderosa capacidad para captar lo que viene. Trabajador, dedicado y extremadamente profesional, la imagen que deja para la posteridad en ese último recital en Caracas es la de un solo intenso en su canción "Un lago en el cielo".

Es decir, como plantea el autor, "Gustavo juntó talentos muy poco frecuentes, cantaba bien, era un gran guitarrista, componía de manera óptima y tuvo mucho éxito".

- ¿Cómo puedes interpretar el hecho de que a Gustavo le pasa lo que le pasa justo al terminar su gira Fuerza Natural y de haber sentido que había sido el mejor concierto del tour? Hay un intenso misterio en todo eso...

- Uff, sin duda... He visto muchas veces el video de esa presentación y la puesta en escena de Gustavo es impecable. Según lo que me comentan médicos, la última fase del concierto él la hace ya procesando el accidente cerebro-vascular en su sangre.

Para muchos, todo ese vigor es la mejor muestra del intenso profesionalismo que tenía. Da la idea de que no cede hasta no dar lo mejor de sí.

Creo que el misterio que entrega lo sucedido es que Gustavo hizo todo lo posible para que sus seguidores guardaran el mejor de los recuerdos, con una perfomance de alta calidad, cómo le gustaban a él las cosas.  

Basta con ver el solo que marca en la última canción, "Un lago en el cielo", que debe ser el más largo de la gira. Fue, sin duda, un adiós desde lo más alto.



- Tu libro da cuenta de un joven rockero nacido en una familia normal y sin grandes conflictos con la vida. ¿Esas características jugaron algún rol en su trayectoria, tanto para bien como para mal?

- Creo que, lejos, para bien. De su madre hereda el interés por lo artístico, mientras que de su padre asume la prolijidad. Hay que pensar que le gustaba tanto lo que hacía que para registrar una línea de guitarra en algún tema podía quedarse horas hasta que quedara conforme con su sonido en medio de la canción.

Los antepasados de Gustavo vinieron desde Italia, en medio de las dos guerras mundiales, buscando horizontes nuevos. En rigor, Cerati y Soda vienen de familias muy de clase media, sin experiencias políticas, sin historias partidistas.

En el rock generalmente los músicos llegan por una respuesta contestaria a sus familias o a sus entornos. En el caso de Gustavo eso no es para nada así. Incluso sus padres iban muy seguido a sus primeros conciertos, demostrando una complicidad total.

En muchos sentidos, Gustavo fue un chico muy normal: se casó, tuvo hijos, tenía su casa, tenía aspiraciones que tenemos la gente común y silvestre. No tenía una vida desordenada, como otras figuras de la escena local y regional, aunque no fue un santo por cierto. Fue un joven que de tocar en la parroquia llegó a convertirse en una estrella de rock.

Creo que ese punto de partida desde una familia de clase media, normal, sin conflictos, le permite a Gustavo mirar su entorno siempre con independencia. Por ello siempre fue capaz de entender lo que venía, de estar abierto a las influencias que luego serían tendencias.

- Destacas como un rasgo característico en su personalidad el enfoque claro hacia el futuro, aspecto que si bien a nivel sentimental le hace pasar rápidamente de una relación a otra, artísticamente le otorga una permanente libertad para entender esas influencias que comentas...

- Sí, es que dentro de su aspecto normal, Cerati era un artista intenso. Para ello se debe tener un ego importante, que le entregue soporte a las complejidades de su labor.

Siempre tuvo un gran deseo que lo movilizó permanentemente. Cultivó mucho su talento, a lo que le sumó obsesión y profesionalismo.

En torno a lo que me decís, efectivamente, fue una persona sin melancolía. Se desprendía del pasado con cierta indolencia, de lo cual su obra es la mejor muestra. Tanto en Soda Stereo y en su carrera como solista, cada disco fueron indagaciones propias, con pasos improbables y sorprendentes, con mucha innovación y sofisticación.



- Y en ese sentido, ¿cuáles serían los tres discos principales que dan cuenta de mejor manera del perfil de Cerati?

- Cuando Soda Stereo surge no asume las influencias del rock nacional, mira más bien hacia las tendencias inglesas. Por eso creo que en esta nómina debe estar el disco "Canción animal", que es una profunda bisagra en la trayectoria del grupo y de Gustavo.

En este disco el grupo recoge por primera vez la tradición rockera argentina, especialmente el sonido de Pescado Rabioso, considerando que Luis Alberto Spinetta es el mayor ídolo de Cerati. Los que se resistían a sus encantos en Argentina se dieron cuenta de que si bien estos chicos eran distintos, formaban parte de la historia local.

Por otro lado, Gustavo se da cuenta que puede asumir el rol de compositor y hacerlo de manera destacada. Este disco subraya que Soda Stereo y Gustavo Cerati estaban destinados a ser realmente trascendentes.

Con "Bocanada", en tanto, queda de manifiesto este rasgo de ir en permanente cambio y evolución. De hecho el disco aparece luego de algunos regresos con Soda, pero no suena como el grupo. Y tampoco es igual a "Amor amarillo", su LP solista anterior. Lo impresionante de este disco es que recoge de mejor manera otro rasgo artístico muy notable en Cerati: ser una buena mezcla entre los mainstream y lo underground.

Finalmente, nombraría "Fuerza natural", porque me parece un disco marcadamente existencialista, es un disco profundo que muestra la mirada de un artista de 50 años que reflexiona entorno a los estados y dinámicas de la vida.



- Leyendo tu libro lo único con lo que se siente pudor como lector es la facilidad que tenía Cerati para enamorarse, pero -en general- queda la idea de un gran artista que tiene bien justificada la idoloatría y el respeto que se ha granjeado en América Latina. ¿Por qué crees que a parte de su entorno familiar les molestó tu libro?

-La verdad es que yo lo entiendo. Pero junto a eso, estoy con mi conciencia muy tranquila. Tuve mucha colaboración de la madre de Gustavo y eso me deja tranquilo. Es una reconstrucción muy metódica, entrevisté hasta veinte veces a las mismas fuentes.

Son muchas cosas escritas sobre un familiar, se entiende la molestia. Pero como te digo, son cuatro años de investigación. Me tomé el tiempo que me pidió la rigurosidad y el gusto.

Lo que me interesa es mostrar cómo se construye esta importante figura del rock argentino, que reúne talentos poco frecuentes: cantaba bien, era un gran guitarrista, componía de manera óptima y tuvo mucho éxito. Se trata del último artista que se suma al Olimpo del rock argentino.