“Alrededor de un 15% de las consultas a medicina general tienen relación con el sueño, una actividad tan fundamental, que ocupa casi un tercio de nuestra vida, incluso más que trabajar o comer”.

 

Así lo afirma Lucas Consigliere, médico cirujano del Centro de Salud la Araucana, quien señala que es por esta razón que entenderlo y lograr una buena calidad, es esencial para tener una buena calidad de vida.

 

“Dormir es una necesidad de la mayoría de los animales, incluyendo obviamente al ser humano, donde el cuerpo y la mente descansan del ajetreo del día a día”, comenta.

 

En este sentido, el profesional explica que el sueño tiene una arquitectura bastante definida, que repite ciclos y además se subdivide en 5 fases:

 

1) El sueño REM (por sus siglas en inglés Rapid Eye Movement, que significa movimiento rápido de ojos) etapa donde se produce el sueño, desconectándose la parte motora de nuestro cuerpo con nuestro cerebro y cimentando lo aprendido durante el día.

 

2) Fase 1: esta etapa es conocida como el sueño liviano, donde se puede despertar fácilmente y que es la antesala a etapas más profundas.

 

3) Fases 2 y 3: son profundizaciones de la anterior hasta llegar a la fase 4.

 

4) Fase 4: es la etapa más profunda del sueño donde se logra el descanso reponedor.

 

“Hay distintas medidas de higiene del sueño que nos pueden ayudar a mejorar su calidad, favoreciendo un sueño natural y no uno artificial, como el ocasionado por el alcohol o las benzodiacepinas, del tipo clonazepam o alprazolam”, indica.

 

Estos elementos generan sueños desarticulados, con mala estructura, que difícilmente logran llegar a la fase 4, por eso se puede dormir varias horas sin despertar descansado, asegura Consigliere.

 

Frente a la pregunta cuánto se debe dormir según la edad, esto dependerá directamente de la etapa de la vida de cada persona, dice el médico.

 

El especialista explica que un recién nacido necesita dormir entre 12 y 15 horas hasta cumplir un año, desde los dos puede variar entre 11 y 14.