Artículos

La siesta, una aliada del bienestar y la productividad

Por Ruy Alonso Rebolledo/ El Economista.com.mx | 12 Enero, 2017 - 09:20
  • bench-890045_1920.jpg

En lugares como Estados Unidos o Japón, las empresas acondicionan espacios para que los empleados duerman al menos una media hora.

Dormir la cantidad adecuada de horas es esencial para cualquiera que quiera rendir en el día, para darle un descanso al cuerpo y que las funciones cerebrales se mantengan en un alto rendimiento. Durante la década de los años noventa, en las oficinas de la agencia de noticias francesa AFP de Yakarta, Indonesia, la historia de uno de los reporteros ganó notoriedad dentro de la compañía por dormir en horas de trabajo en una alacena detrás de su escritorio.
 
Cuando Bhim Suwastoyo recibía visitas de Hong Kong, siempre le preguntaban por la cama en la que dormía dentro de la oficina, confesó el propio Bhim a la BBC de Inglaterra. El reportero explicó que las siestas que tomaba dentro de la oficina eran particularmente útiles durante la crisis monetaria del 1997 en Asia. En ese entonces el cubría las noticias de última hora sin la ayuda de la tecnología actual, por lo que descansaba cerca del teléfono para estar al pendiente.
 
Suwastoyo descubrió que inclusive en los días más tranquilos, una media hora de sueño ayudaba a recuperar la energía para el resto del día, dijo a la BBC.
 
El caso de Bhim Suwastoyo parece excepcional pero no lo es. La siesta está ganando más aceptación dentro del mundo del trabajo. En algunos como Estados Unidos o Japón, las empresas acondicionan espacios para que los empleados duerman al menos media hora. En Francia, la autoridad sanitaria ya realizó una campaña en la que se destacan los beneficios de una siesta para rendir mejor.
 
La nueva tendencia se basa en estudios científicos y estadísticas. En Estados Unidos, el 34% de los trabajadores ya tienen permitido tomarse un tiempo para ir a descansar. El 16% cuenta con lugares específicos para dormir dentro de su lugar de trabajo, según una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño de los Estados Unidos en la que participaron 1,000 adultos.
 
En el piso 24 del famoso Empire State de Nueva York se instaló un salón destinado para dormir. En España, hay clubes en Madrid para ir a almorzar y dormir la siesta durante 20 minutos. En Francia, se anunció, desde hace años, campañas millonarias para despertar conciencia sobre el buen dormir. En Tokio, Japón, existen salones que ofrecen espacios para obtener preciados minutos de tranquilidad y sueño y aliviar el estrés del trabajo.
 
El cuerpo trabaja según ritmos circadianos, un ciclo hormonal que dicta el reloj biológico del cuerpo. La sustancia responsable de estos cambios es la melatonina, que cuando está en niveles altos del cuerpo nos dormimos. Al exponernos a luz azul como la del amanecer, la cantidad de este químico desciende y nos despertamos al producir cortisol.
 
 
Dormir ayuda al cerebro a borrar desechos metabólicos y toxinas, por eso es necesario dejar descansar el cerebro diariamente durante el sueño. Uno de los problemas es que entre más cansados estemos más difícil será darnos cuenta de que la falta de sueño nos afecta.
 
1. Pedir permiso
 
En un mundo ideal, en el que las horas laborales no fueran tan estrictas, dormir en la oficina podría ser una de las soluciones necesarias para mantenerse atento todo el día. Para poder llevar a cabo esta práctica, los empleados deberían de pedir permiso a sus supervisores con la finalidad de evitar malos entendidos.
 
2. A la hora correcta
 
Según el artículo de la BBC la mejor para la siesta dentro de la oficina sería de dos de la tarde a las cuatro. Esto implica dormir después de la hora de la comida. Muchas personas conocen una sensación de sueño después de la hora de comida conocido como marea alcalina, que generalmente se debe al consumo de alimentos ricos en proteínas como carne, queso, huevo, pescado y esas siestas suelen asociarse con aumentar el peso corporal. Lo cierto es que esto depende más de la dieta que se contemple, que de la acción de dormir en sí, por eso lo más recomendable es disminuir el consumo de alimentos ricos en proteínas y en cambio, darle prioridad de las proteínas, legumbres y vegetales. Dormir a la mitad de la jornada ayudará a restablecer la energía.
 
3. Un buen lugar
 
Encontrar un buen lugar para la siesta es fundamental para un buen descanso, por lo que se debe encontrar un buen lugar sin ruido. Los principales efectos del ruido sobre el sueño, que se dan incluso con niveles de ruido muy bajos son el aumento de la actividad cerebral, de los movimientos del cuerpo y de las respuestas autónomas, de la frecuencia cardiaca, de la frecuencia respiratoria y de la presión sanguínea, por lo que estos efectos son contradictorios con el propósito de la siesta.
 
4. Límite de tiempo
 
Limitar la siesta a menos de 20 minutos para evitar el entrar en una fase de un sueño más profundo. Al despertar hay que tomar otros 10 minutos para recuperarse. La siesta de 20 minutos a mediodía conduce a la fase 2 del sueño, que potencia la agudeza mental y la concentración, mejora el humor y agudiza las habilidades motoras.