Culturalmente, la pasta ha sido durante décadas un alimento sumergido en leyendas urbanas. Ángela Franco, nutricionista y dietista de la U. de Antioquia, aclara y desmiente algunas de las más populares.

Se debe usar aceite para que la pasta quede bien cocida. Falso. El agua es suficiente para que se cocinen bien y no se pegue. El aceite es innecesario.

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No es saludable comer pasta con arroz. Es relativo. Usualmente la pasta se concibe como un plato único y se sirve más de una porción. Pero si se conserva el tamaño de la porción, se puede acompañar con otra harina.

Quienes sufren del colon no deben comer pasta. No siempre. Algunas personas con problemas intestinales son sensibles al gluten y las pastas lo contienen. Pero otras, con colon irritable, pueden consumirlas normalmente.

La pasta engorda. La pasta forma parte del grupo de las harinas y comer las en exceso puede generar un aumento de peso. Todo depende de las cantidades que se ingieran.

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No hay que mezclarla con carne. Totalmente falso. En una comida equilibrada es importante mezclar harinas con proteínas.

Comerla en las noches es dañino. Falso. Por más controlada que sea una dieta, debe incluir al menos una harina por cada comida. Así que en las noches estaría muy bien preparar una porción de pasta, es decir, medio pocillo grande.