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Las reivindicaciones que se esperan en la ceremonia de los premios Oscar

Por Claudio Pereda Madrid | 28 Febrero, 2016 - 10:53
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La industria del cine, reconocida como fabricante de “fantasías”, se estremece con la fuerte e incesante dinámica de la realidad.

La cuarta parte de las entradas de cine que se venden en Estados Unidos es adquirida por espectadores latinos. Sin embargo, Hollywood aún los sigue representando como personajes menores en sus tramas.
 
A pesar de su talento y aporte al séptimo arte, sólo cinco son los actores de color que han accedido a un premio Oscar: Sidney Poitier (1963), Denzel Washington (2001), Jamie Foxx (2004), Forest Whitaker (2006) y Halley Berry (2001, la única mujer).
 
Es sólo una parte de los problemas que enfrenta la industria del cine estadounidense en su fiesta máxima de la entrega de los premios Oscar este domingo.

 

 
 
Actores como Will Smith y su señora Jada Pinkett, junto a directores de la talla de Spike Lee, lisa y llanamente anunciaron su ausencia del evento, ya que por segundo año consecutivo los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos no incluyeron actores negros en ninguna de las grandes categorías, habiendo ejemplos notables como Will Smith ("Concussion"), Idris Elba ("Beasts of no nation") y Michael B. Jordan ("Creed"), quienes bien pudieron haberse incluido entre los finalistas.
 
Un reciente estudio elaborado por Escuela de Comunicación y Periodismo Annenberg, de la Universidad de California del Sur, señala que tras analizar un centenar de películas y series de televisión presentadas el año 2014, sólo el 28% de todos los personajes con diálogos eran de color, un 9% por debajo de la conformación de la población estadounidense.
 
El mismo informe subraya que "no es un mero problema de diversidad: esto es una crisis de inclusión". Por todo ello, nuevamente las redes sociales adquieren protagonismo a través de #OscarsSoWhite (Premios Oscar tan blancos), instancia en el que la crítica a la academia se intensifica. Es algo que ya se repite dos años consecutivos.
 
 
Irónicamente el presentador de la ceremonia será un connotado comediante de color: Chris Rock. El anfitrión ha señalado que sólo ha asumido la tarea por la renuncia que presentó Ellen DeGeneres a esa tarea.
 
Tras las diversas críticas tras darse a conocer las nominaciones finales, la industria cinematográfica de Estados Unidos presentó una serie de medidas que buscan diversificar a sus votantes, instancia que decide a los actores, películas y directores que serán nominados al Oscar.
 
La academia se comprometió a duplicar el cupo de mujeres y minorías para el 2020 en los comités que generan las nominaciones. Los más de 6.000 profesionales de la industria que son miembros de la Academia, en su mayoría hombres blancos mayores, han sido señalados como una barrera para la igualdad racial y de género.
 
Bajo las nuevas normas, los derechos de votación vitalicios serán otorgados sólo a aquellos miembros que permanezcan activos en la industria en el curso de tres períodos de una década o que hayan ganado o sido nominados para un Oscar.
 
Sin embargo, las reivindicaciones en la ceremonia de los premios Oscar no sólo serán raciales.
 
 
Los actores Bryan Cranston, Adam McKay, Patricia Arquette y Steve Carell son algunos de los nombres que portan pulseras con la etiqueta #Enough ("Suficiente") con las que se busca honrar la memoria de las fallecidos por armas de fuego. 
 
Ellos están por la medida de limitar el acceso de armas en Estados Unidos, razón que explica la facilidad con la que periódicamente el país sufre actos delictivos en los que personas con diversas tribulaciones mentales pueden adquirir armas y atentar contra ellos mismos y los demás.
 
Por otra parte, Anohni -la cantante transgénero nominada al Oscar a Mejor Canción por "Manta Ray"- señala que no asiste a la ceremonia como un signo de protesta, ya que no está incluida a cantar durante la ceremonia, algo que sí harán algunos de sus competidores como Lady Gaga, Sam Smith y The Weeknd.
 
Claramente el ambiente cinematográfico, reconocido como fabricante de “fantasías”, se estremece con la fuerte e incesante dinámica de la realidad.