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Lengua, historia y arquitectura, claves para entender al limeño de hoy

Por Agencia Peruana de Noticias | 20 Enero, 2017 - 10:53
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Especialistas sostienen que variedad de palabras y frases reflejan dinamismo del idioma español.

La lengua también es un elemento clave, así como la historia y la arquitectura, para comprender a quienes habitan la ciudad de Lima en este siglo, afirman expertos.
 
Con la oreja propia de su oficio, el locutor colombiano Mauricio Mariño destaca una lista de palabras y frases como ¿Habla, vas? ¡Agarra esa flor! que definen al limeño mazamorrero del siglo XXI, y que, según él, llaman la atención a cualquier extranjero que navegue por las arterias capitalinas. 
 
Aquí la jerigonza: “Batería” (amigo o grupo de compañeros incondicionales), “caleta” (objeto, lugar o cosa poco conocido), “caña brava” (chofer con mucha experiencia), “chamba” (trabajo), “chancha” (reunir dinero para fines de divertimento), “chilindrina” (cerveza), “china” (50 céntimos), “chotear” (no recibir, tratar con desdén a alguien), “florear” (palabrear), “figureti” (persona apasionada por robar cámaras), enumera el experto. 
 
Pero también, “gracielas” (gracias), “jonca” (cajón de espumosas botellas de cervezas), “manya” (expresión de admiración), “monse” (feo, que no vale la pena), “paja” (bonito), “pata”, “causa” y “yunta” (términos para referirse a un amigo), “pituco” (persona de la clase alta, o quien aparenta tener dinero), “roche” (vergüenza), “tono” (fiesta) y “misio” (sin dinero), enumera el experto.
 
Las frases ya extendidas por las rutas del Perú como,  “entre Pisco y Nasca” (borracho), “estoy aguja” (con la sencillera en rojo), “meter letra” (enamorar), “hazme una gauchada” (hacer un favor), “hacer las tabas” (acompañar), “tirar jato” (ir a dormir), “vamo a latear” (vamos a caminar), “chapa tu combi” (tomar la unidad de servicio público), “de fresa” (directo, hasta el fondo), “¿habla, vas?” (invitación de cobradores para subir a su unidad de transporte) son música para sus oídos.
 
 
Lo justo, varón
 
El lingüista y catedrático de la universidad Cayetano Heredia, Luis Mamani Quispe, no le teme a estas modas del hablar limeño ni a los “préstamos” de palabras del inglés, que se hacen en virtud de las nuevas áreas tecnológicas. Total, sostiene, lo que le da vigencia a un idioma es, justamente, su dinamismo.
 
Para el macho: no se debe de condenar a quien dice “habla, batería”. “Es normal que los cobradores de combi, por ejemplo, ‘malogren’ el habla. Eso se va a dar siempre, por mucho que se den campañas de purificación de la lengua. Más bien, condenarlos, crea complejos de inferioridad”, sostiene.
 
Lo importante, es diferenciar los escenarios, dice, porque no es lo mismo chacotear con los patas tras una pichanga que exponer un trabajo universitario. “Los públicos varían y se debe de recurrir a diferentes léxicos”, comenta. “El profesor de colegio tiene, por ello, que enseñar a sus alumnos que deben utilizar otro léxico”.
 
Mamani considera que la presencia del quechua en el español limeño “ya se ha consolidado”. Y ya no suma nuevos términos. También echa por el suelo el mito de que nuestra habla limeña es la mejor de todas las capitales latinas del hemisferio. 
 
“Son valoraciones con un fuerte sesgo, que dependen del patrón de referencia. El español limeño estándar tiene las mismas características, en registros formales, del habla de otras latitudes, pero en otras circunstancias menos formales se relaja”.