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Ni la pizza se salva de la razia contra la comida rápida en Venecia

Por Télam | 10 Mayo, 2017 - 12:13
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Consumo callejero es incompatible con la preservación del patrimonio cultural de la ciudad, aseguran autoridades.

Es a partir de una ley recién aprobada que busca “preservar el decoro y las tradiciones”. La norma incluye también la apertura de nuevos locales de comidas rápidas.
 
La normativa aprobada recientemente también limitará las tiendas que venden pizza por porción y sólo las tiendas que venden helado artesanal se salvarán de la medida, largamente defendida por el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro.
 
"Queremos poner freno a tipos de actividades que no son compatibles con la preservación y el desarrollo del patrimonio cultural de Venecia", aseguró Paola Mar, jefe de turismo de la ciudad, reseña el diario británico The Guardian.
 
Sin embargo, Mar dejó en claro que no es que la ciudad se oponga a los kebabs o a otros tipos de comida rápida, ni a que la gente coma en la calle, sino que lo que está haciendo es prohibir el consumo de este tipo de alimentos para llevar en la Plaza de San Marcos.
 
"El problema es que con una ciudad turística como la nuestra, existe el riesgo de que pierda su identidad”, enfatizó la funcionaria veneciana.
 
En cambio, recalcó que hay productos locales que hay que tratar de promover: “Eso sería mejor para el espíritu de la ciudad y, a nivel ambiental, más sostenible".
 
Venecia es la última ciudad italiana que limita la venta de comida rápida en un país que se enorgullece de su cocina nacional.
 
El año pasado, Verona frenó la apertura de nuevos negocios de kebab, mientras que Florencia intentó erradicar la "comida extranjera" con una normativa que obliga a los restaurantes y comercios del centro histórico a garantizar que el 70% de sus productos son locales.
 
En Venecia, que recibe millones de visitantes cada año, las autoridades se han esforzado por proteger la ciudad y su entorno.
 
La afluencia turística enfureció a los residentes locales y en el verano pasado lo demostraron a través de carteles con leyendas como "¡Los turistas se van!" o “¡Están destruyendo esta zona!".
 
Mientras tanto, las autoridades venecianas están probando medidas para administrar el número de turistas, como por ejemplo, hacer que los visitantes esperen más en las paradas del vaporetto y que paguen un adicional de € 6 respecto a los habitantes de la isla.