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¿Por qué duelen los dientes?

Por Diario Las Américas | 7 Diciembre, 2016 - 13:33
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Ante la imposibilidad de acudir de inmediato a un odontólogo, especialistas sugieren analgésicos como primera medida en casos muy agudos.

Comer siempre es un placer, pero de repente un dolor agudo atraviesa el diente y cualquier bocado se convierte en una tortura. Por suerte, a veces el dolor en un diente desaparece tan rápido como apareció, pero de todas formas conviene siempre consultar con un odontólogo, porque la molestia siempre es señal de alerta de que algo no esta bien.
 
El dolor agudo puede tener distintas causas. A veces se trata de cuellos expuestos del diente extremadamente sensibles al frío, a lo ácido o lo dulce. Sin embargo, otras veces el origen del dolor es una carie.
 
Otro posible motivo puede ser una microrajadura en el diente, que se forma cuando, por ejemplo, uno muerde algo muy duro. Eso puede llevar a una fractura dentaria, que culmina con un dolor punzante y agudo. También provocan mucho dolor rellenos o coronas dañadas, sobre todo al comer. Lo mismo sucede con las inflamaciones de las encías.
 
Lamentablemente, las personas aquejadas por este tipo de dolencias no siempre tienen la posibilidad de acudir de inmediato a un odontólogo. En casos muy agudos y como primera medida puede servir recurrir a los analgésicos. Sin embargo, los odontólogos desaconsejan tomar preparados con ácido acetilsalicílico (aspirina) porque tiene un efecto anticoagulante y puede fomentar fuertes sangrados en un posterior tratamiento odontológico. Antes que una aspirina, conviene tomar paracetamol.
 
Quien no quiera tomar analgésicos puede buscar cierto alivio con remedios caseros, como colocar frío sobre la mejilla envolviendo, por ejemplo, unos hielos en un repasador o toalla. Otra alternativa es tratar el diente afectado con un hisopo con aceite de clavel, que se consigue sin receta en las farmacias. De todas formas, es necesario saber que, a largo plazo, el dolor sólo podrá ser aliviado mediante el tratamiento de un profesional.
 
Si la culpable de todo era una carie, la solución es conocida: se aplica el temido torno y posteriormente un relleno. Pero si el odontólogo detecta una microrajadura, puede ser necesario un tratamiento de conducto. En algunos casos, se extrae incluso toda la pieza dental.
 
Si las encías están enrojecidas o inflamadas, es posible que se esté ante una gingivitis. En esos casos, puede aliviarse el dolor con una limpieza profunda de las encías, aunque los dientes muy sensibles deben ser tratados con algún medicamento, muchas veces en forma de gel.