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Regreso de las corridas de toros divide a la sociedad bogotana

Por El Espectador | 23 Enero, 2017 - 11:32
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Tras cinco años de receso, centenares de personas se manifestaron contra la vuelta de la denominada fiesta brava.

"¡No más toros, no más toros!". Esa fue la consigna que retumbó con fuerza este domingo en los alrededores de la plaza de toros la Santamaría que, luego de cinco años, se volvió a preparar para una temporada taurina.
 
En inmediaciones del recinto cientos de personas –algunas vestidas con prendas negras como símbolo de luto– protestaban por el regreso de la fiesta brava a Bogotá, luego de que el alcalde Enrique Peñalosa, en cumplimiento de un fallo de la Corte Constitucional, garantizara el restablecimiento de la plaza para espectáculos taurinos.
 
Los grupos en contra de las corridas se apostaron a lo largo de la Carrera 7, en medio de un fuerte anillo de seguridad montado por la Policía para evitar cualquier alteración de orden público.
 
Pancartas contra el maltrato animal y el fin de la fiesta brava prevalecían en el lugar.
 
A las afueras de la plaza los amantes de la fiesta taurina eran recibidos con chiflidos, insultos y arengas como señal de reproche y rechazo. Algunos, incluso, eran perseguidos por los manifestantes que, en su camino, les gritaban todo tipo de insultos.
 
En contraste, dentro de la plaza el ambiente era de fiesta y regocijo. Como lo había prometido el presidente de la Corporación Taurina, Felipe Negret, la plaza se llenó.
 
"Libertad, libertad" fue el clamor de quienes se encontraban dentro de la plaza de toros.
 
Los aficionados pudieron volver a gritar: 'olé, olé, olé'. Las lágrimas y la nostalgia por el regreso de la fiesta brava eran apenas evidentes dentro del recinto, colmado de jóvenes y viejos. Durante la primera jornada se presentaron, además de las novilladas, los toreros El Juli (España), Andrés Roca Rey (Perú) y Luis Bolívar (Colombia), y toros de la ganadería de Ernesto Gutiérrez.
 
 
El regreso de las corridas se selló con dos detenidos, tres menores aprehendidos, siete personas conducidas a la UPJ, cinco policías lesionados y seis heridos.
 
De acuerdo con el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Hoover Penilla, las protestas antitaurinas en cercanías de la Carrera Séptima y la Calle 26 fueron empañadas por grupos anarquistas cuya intención, lejos de manifestarse contra la ‘fiesta brava’, era causar desórdenes de forma premeditada.
 
“Ahí van otros grupos que van con la intención no únicamente de lanzar arengas, sino con la intención premeditada de causar desmanes (…) Hubo personas que cruzaron el límite de la ‘patanería’”, explicó el uniformado en diálogo con la emisora Blu Radio.
 
El general Penilla declaró que la situación de orden público y las provocaciones contra quienes asistieron al espectáculo obligaron a la intervención del Escuadrón Móvil Antidisturbios: “Yo di la orden porque hubo un momento en que un grupo de personas estaban al límite de atentar contra los asistentes”, explicó.
 
Se estima que en las afueras de la plaza más de 5.000 personas se congregaron para manifestar su rechazo al espectáculo taurino.
 
A las afueras de la plaza los amantes de la fiesta taurina eran recibidos con chiflidos, insultos y arengas como señal de reproche y rechazo. Algunos, incluso, eran perseguidos por los manifestantes que, en su camino, les gritaban todo tipo de insultos.
 
La protesta ocasionó enfrentamientos entre los manifestantes y más de 1.200 policías que acordonaron el coso y que utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud que gritaba "asesinos" a los aficionados que llegaron a la Santamaría.