Artículos

Reparaciones de lujo

Por Pilar Martín Valverde | 22 Abril, 2014 - 10:11
  • 46650_2.jpg
  • 46650_4.jpg

Cuando las suelas de los zapatos se gastan, un abrigo de piel deja de tener su esplendor original o un bolso sufre una rotura entran en juegos los profesionales de las reparaciones. Esos maestros de la reconstrucción que devuelven a la vida prendas que ni en sueños creíamos con posibilidades. Pero, ¿qué pasa cuando se trata de zapatos de más de 500 euros o bolsos de 900? El lujo también tiene talleres de reparación.

Las suelas rojas, ese signo de distinción creado por el zapatero de las famosas, Christian Louboutin, se han impuesto en las pasarelas de moda, estrenos de cine o cualquier fiesta llena de "celebrities". Pero, ¿qué pasa cuando estos zapatos dejan de pisar suaves alfombras rojas, pasan al asfalto o sufren algún desgarro en el tacón?. Estos peligros, habituales en el día a día de unos zapatos de tacón, se convierten en casi una desgracia cuando se trata de unos "Louboutines". La razón es que sólo los reparan de manera "oficial" en un taller de París.

Y da igual el lugar del planeta donde vivas: si quieres que tus zapatos luzan como el primer día, a la capital francesa han de viajar. En concreto, y según informan desde las tiendas Louboutin, la zapatería parisina Minuit Moins 7 es el único taller de reparación que asegura una perfecta vuelta a la perfección del zapato, por lo que el par dañado ha de ser enviado por correo o mensajería, y entonces empieza un proceso de reparación cuyos precios oscilan desde los 92 euros, en el caso de la reposición de toda la suela roja en un calzado femenino, y 175 euros si se trata de un par de hombre.

Si también se ha dañado la piel del tacón, habrá que sumarle 55 euros, siempre que en el taller cuenten en ese momento con la piel de ese modelo. Una vez recepcionado el envío, el taller se compromete a tenerlos en una semana para las reparaciones de menor alcance, poner unas suelas; y unas dos semanas si el zapato necesita un tratamiento especial.

LOS BOLSOS, OTROS GRANDES SUFRIDORES

Los bolsos, los grandes aliados de la mujer, son otros de los complementos que más sufren a lo largo de su vida. Una vida que, en el caso de los bolsos de lujo, se supone más duradera debido a la calidad de las pieles y del trabajo que cada uno lleva, dado que la mayoría están hechos a mano y con una numeración que marca su exclusividad.

En el caso de la firma Louis Vuitton, cuyos bolsos se han convertido en el sueño de muchas mujeres, también es París el punto de referencia para repararlos en el caso de rotura. Aquí, tal y como apuntan desde sus puntos oficiales de venta, el precio del arreglo varía según el problema, y desde la tienda "no lo pueden especificar".

Por el contrario, si se trata de la pérdida de uno de sus llamativas aplicaciones, como puede ser el pequeño candado que acompaña a casi todos sus bolsos, la tarea es más fácil. Sólo hay que acudir a uno de sus establecimiento y adquirir uno por unos 225 euros.

TRANSFORMAR, OTRA POSIBILIDAD DEL LUJO

Si se trata de los abrigos de piel, una de las prendas que marca el lujo en la imagen de la mujer, no sólo se trata de arreglar, sino que en este mercado, y más en la actualidad, las peleterías se están encontrando con un nuevo negocio: transformar la prenda. "Casi todo , al cabo de cierto tiempo, cansa o aburre, incluido el lujo. Hay que adaptarlo a los tiempos que se están viviendo de tanto cambio y más, si no se adecúa al estilo que cada persona necesíta", comenta la peletera Nelsy Chelala.

Según Chelala, en tiempos de crisis, es más habitual que las pieles pasen por un proceso de cambio para adaptarlas a la moda actual. "Una prenda de piel se actualiza transformándola a un estilo que favorezca , después de haber estudiado el presupuesto y no poniéndolas en manos de inexpertos que a veces las pueden empeorar y, en ese caso, lo barato sale caro", apunta Chelala. Por ejemplo, el visón, que se utilizaba para hacer abrigos de volúmenes grandes, muy anchos y demasiado largos, ahora pasan por los talleres de los peleteros para ser cortados de largo, estrechados o, simplemente, desmontados y convertidos en glamourosas estolas, prenda que triunfa en las pasarelas internacionales.

"La lógica es convertir las piezas espesas y recargadas , en sencillas, prácticas y ponibles en cualquier momento o situación", comenta Chelala, para quien el lujo también tiene que ser "útil". Pero no todo vale en materia de reparación de peletería, así que siempre hay que acudir a buenos artesanos que hagan una buena reparación: son prendas no sólo importantes por su precio, sino que suelen estar cargadas de un gran valor sentimental. "Transformar es un trabajo artesanal, por tanto complicado; sin embargo, reparar es un poco de parcheo para cubrir el expediente y, al final, es un gasto que se queda en más de lo mismo", concluye la peletera.