La mente humana es tan maravillosa como compleja. No deja de asombrar a científicos de todo el mundo que buscan encontrar respuestas a las formas en las que una mente se desarrolla. En ese sentido la realidad es que aún falta mucho por explorar en este complejo mundo, sobre todo en el ámbito de las enfermedades mentales.

 

Las enfermedades mentales son una condición médica que no discriminan por edad, raza u origen étnico. El espectro de enfermedades psicológicas va de leve a grave y, como cualquier condición médica, existen muchos factores desencadenantes.

 

Los trastornos mentales son diagnosticados de manera habitual en nuestros días y todo el mundo conoce en menor o mayor medida lo que significa depresión, trastorno de ansiedad, entre otros. Aunque en ocasiones es complicado diagnosticar este tipo de padecimientos.

 

La comunicación humana es compleja, ya que no sólo nos comunicamos con palabras y un grupo de científicos encontraron una forma de programar máquinas que están en contacto constante con los seres humanos para encontrar señales de que algo no está bien.

 

Según la revista digital Quartz, el experto en informática biomédica del Hospital Infantil de Cincinnati, Estados Unidos, John Pestian, desarrolló una aplicación para teléfonos inteligentes que ayuda a los expertos a detectar depresión y tendencias suicidas en los diálogos adolescentes.

 

La aplicación se llama SAM por sus siglas en inglés y significa (Spreading Activation Mobile) y el objetivo es ayudar a disminuir los suicidios en la población adolescente, con la detección temprana de señales psicológicas que se expresen a través de la voz.

 

El software compara en una base de datos de 300 individuos creada por el equipo de Pestian, para identificar los patrones que indiquen que la presencia de pensamientos autodestructivos o depresivos, analizando el lenguaje y los patrones en la vocalización de los jóvenes con el teléfono móvil. Los patrones en la voz revelan de qué tipo de enfermedades se trata. Según Quartz, la efectividad de SAM se probó con 85% de efectividad en 379 individuos en Estados Unidos.

 

Se espera que la app pueda grabar la voz durante las sesiones con psicólogos, para después analizar los patrones en la voz de los pacientes, aunque el médico será el encargado de evaluar la información y decidirá el tratamiento en cada caso.