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Sepa cómo estimular la lectura en sus hijos desde los seis meses hasta los 12 años

Por Lifestyle/ Prensa Libre | 3 Abril, 2016 - 14:14
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El compromiso de los padres con la dinámica de la lectura en sus hijos sigue siendo bajo a nivel mundial. Leer estimula variadas conexiones neuronales y amplia las perspectivas de la vida.

 
Aseguran que leer desde la infancia es un estupendo método para mejorar el aprendizaje y maduración de los más pequeños y favorece el desarrollo del vínculo afectivo con los padres, que pueden apoyarse, por ejemplo, en cuentos para abordar problemas de sus hijos como el control de esfínteres, el miedo o los celos.
 
Los especialistas aseguran que los niños que están acostumbrados a leer o a que les lean, adquieren fácilmente vocabulario y capacidades para el desarrollo del lenguaje.
 
Por ello tendrán mejores herramientas para sentirse seguros en el colegio, con mejor rendimiento, mayor capacidad de concentración, de análisis y de interpretación de los textos. Se trata de beneficios que se prolongan hasta la adultez.

 
La dinámica de la lectura estimula las conexiones entre neuronas y otras áreas como la retina y la corteza cerebral visual del lóbulo occipital del cerebro, al tiempo que aumenta la llamada “reserva cognitiva”, lo que retrasa y previene la pérdida de la memoria, siendo un factor de protección contra las enfermedades neurodegenerativas.
 
Lamentablemente, el compromiso de los padres en la dinámica de la lectura de sus hijos sigue siendo bajo a nivel mundial, estimándose que sólo un tercio de ellos tienen protagonismo en este aspecto.
 
La lectura es un hábito que entre más temprano se adquiere y más se ejercita, más profundas son sus huellas. Sin embargo, si en el camino se abandona, cuesta retomarlo más adelante.
 
"Los padres deben servir de ejemplo y leer, pero si no son lectores habituales, pueden llevar a sus hijos a bibliotecas y disfrutar ojeando libros juntos y seleccionando un buen título. Además, es muy positivo regalarles un libro ante un buen comportamiento, como premio, para alejarles de la idea de que la lectura es una obligación", enfatiza el experto José María Lucía, socio fundador de Educandoo.com
 

 
Una clave para mantener el entusiasmo es ir adaptando las temáticas de la lectura a la edad e intereses de los hijos.
 
Por eso, los cuatro errores clásicos de los padres en este punto son obligarlos a leer contra su voluntad; sustituir el tiempo de otras aficiones por la lectura; no encontrar el momento propicio para leer dentro de la rutina diaria; y que se trate sólo de un deber escolar.
 
De allí es que no hay que imponerles las lecturas que les gustan a los padres y criticar las suyas; no tener en cuenta la edad y maduración de los niños; empeñarse en excluir las nuevas tecnologías frente a la lectura tradicional: pueden convivir en plena armonía;  y no compartir la lectura con ellos.
 

 

 

 
Estas son las principales orientaciones para elegir la lectura más adecuada con sus hijos:
 
Hasta los 6 meses
 
-Libro concreto, imágenes grandes, materiales como tela, vinilo, cartón.
 
-Los padres se involucran al máximo, son los responsables de crear el momento de lectura. Se pueden fabricar los libros con fotografías.
 
-Libros que incorporen de una a cuatro palabras por página.
 
 
 
De 6 a 12 meses
 
-Libros para desarrollar las habilidades de motricidad física, para tocar y manipular, o que emitan sonidos.
 
-Libros con solapas. A los 8 meses descubren y recuerdan el cambio de una página a otra.
 
-Incorporar frases repetidas, rimas y onomatopeyas.
 
-Padres: leer con musicalidad, cuidar el tono, la entonación de la lectura. Los niños a partir del año decodifican el lenguaje, a los 8 meses todavía no.
 
 
 
De 1 a 2 años
 
-Se empieza trabajar la adquisición del lenguaje, la codificación. Momento de introducir la narrativa sencilla con inicio, nudo y desenlace.
 
-Libros informativos sobre conocimientos del mundo que les rodea o rutinas (lavarse los dientes o vestirse)
 
-Padres: leer en voz alta y lentamente, con claridad, para que vaya entendiendo el lenguaje. Repetirles las historias, a los niños les gusta la repetición porque pueden predecir.

 

 

 

 
De 2 a 3 años
 
-El niño hace uso del lenguaje pero habla sin claridad, se recomiendan abecedarios.
 
-Introducir el álbum ilustrado.
 
-Etapa en que se despierta la fantasía.
 
-Libros de sentimientos para trabajar autoconocimiento y autocontrol.
 
-Libros informativos: etapa del “por qué”.
 
-El padre tiene que posicionarse cada vez más en un rol dialogante. Ya no lleva todo el peso narrativo. Importancia de hacer preguntas al niño sobre las lecturas. Diálogo.
 
 
 
De 4 a 6 años
 
-Libro como herramienta educativa para trabajar la interacción hijos-padres.
 
-El padre va dejando paso cada vez más al niño como conductor de la lectura, fomentar que el niño lidere la lectura y decida las pausas y las repeticiones.
 
 
 
De 6 a 8 años
 
-Etapa en que el niño aprende a leer. Debe ser la base de su competencia lectora y de sus futuras habilidades lectoras.
 
-Combinar libros de conocimiento y álbum ilustrado.
 
-El padre paulatinamente pasa a tener el rol de escuchar, sigue leyendo pero debe dejar que el niño empiece a leer por sí mismo. El niño debe empezar a elegir sus lecturas y los padres pueden preguntarle por qué las elige. Se fomenta la interacción y la capacidad de pensar.
 
 
 
De 8 a 10 años
 
-Sumar al álbum ilustrado y al libro de conocimiento las primeras lecturas que contengan más texto. Primeras novelas.
 
-Se incrementa el rol de escucha por parte de los padres. El niño puede pedir que se le sigan leyendo libros o cuentos. Cuando el padre lee debe involucrar al niño, al hacerle preguntas.
 
 
 
De 10 a 12 años
 
-Libros de temática diversa, intentar ampliar al máximo el alcance de los temas con los que el niño está en contacto.
 
-Los padres deben conectar las lecturas que el niño elige y otros tipos de ficción o situaciones de la vida real.
 
-Padres: se va dejando de lado el rol de escuchar durante la lectura en voz alta del niño y se dialoga. Se debe preguntar al niño por la lectura anterior y dejarle leer a su ritmo.