Artículos

Sepa cuánto debe durar una siesta

Por Nacion.cl / LifeStyle | 1 Junio, 2016 - 12:29
  • mujerduerme1.jpg

Esto se relaciona con hábitos aprendidos y componentes genéticos.

 
Muchas personas sienten la necesidad de dormir después de almuerzo y esperan el fin de semana para tomar una buena siesta.
 
Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Vespucio, dice que ello sucede porque “luego de que comemos el flujo de la sangre se distribuye hacia los órganos abdominales, por lo que su circulación en el cerebro disminuye. Esto hace que algunos procesos cerebrales sean más lentos”.
 
La siesta se relaciona, explica, con hábitos aprendidos y componentes genéticos. “Hay personas que funcionan bien en un horario continuo durante el día y que sólo requieren de un sueño nocturno reparador. Sin embargo, hay otros que sí necesitan de este descanso”.
 
 
Según remarca, la siesta debe tener una extensión de tiempo menor a una hora, ya que si se duerme más durante la tarde, se acortará el ciclo del sueño nocturno.
 
“Esto hará que en algunas personas se produzcan desfases en los ritmos biológicos del sueño y éste se vuelva poco reparador, provocando, en algunos casos, la aparición de enfermedades relacionadas al sueño”, advierte.
 
Recomendaciones
 
La especialista entrega recomendaciones para lograr un sueño más reparador.
 
- Entrar al dormitorio y acostarse cuando tenga sueño, no por obligación. Es muy importante mantener un ambiente propicio con baja luz, tono de voz y bajar la intensidad de las actividades.
 
- Procurar dejar un tiempo de “tranquilidad” antes de acostarse a dormir. Tome unos 15 a 20 minutos para transitar del ambiente de actividad a uno de tranquilidad, bajando la intensidad de la luz, apagando el televisor, etc. 
 
- Mantener un horario estable para levantarse (reloj despertador a la misma hora temprano).
 
- No tomar estimulantes tales como café, bebidas, nicotina, té, cacao y alcohol en las horas previas a dormir.
 
 
- Evitar ver televisión en la cama, idealmente sacar el televisor del dormitorio.
 
- Evitar situaciones de actividad (trabajo, planes para el día siguiente, ejercicio físico intenso), en las horas próximas a dormir.
 
- No consumir cenas abundantes y excesivamente condimentadas.
 
- No mirar el reloj cuando despierte en la noche.
 
- Levantarse de la cama en cuanto despierte en la mañana. No quedarse leyendo el diario ni tomar desayuno en la cama.
 
- Evitar la automedicación.
 
La neuróloga advierte que los hábitos de sueño poco saludables producen, en algunas personas, un desbalance entre las señales cerebrales que regulan el peso. En este sentido, en estos casos, podrían contribuir a cambios en el peso corporal.