Artículos

¿Te emocionas con las películas? Tu cerebro y organismo lo agradecen

Por LifeStyle | 18 Enero, 2016 - 08:58
  • llorarpeliculas1.jpg

Estudios señalan que manifestar expresiones emocionales ante los filmes no son signos de debilidad. Si no que muy por el contrario...

Para nadie es un misterio que en el mundo audiovisual entre más cerca se esté de las emociones de los espectadores, más probable sea que la pelicula o la historia llegue al centro de su preferencia.

En ese contexto, hay personas que manifiestan mayor expresividad ante esos estímulos, llegando incluso hasta las lágrimas. Y lo que para muchos puede ser una muestra de debilidad, lo cierto es que diversos estudios académicos señalan que no es así.

Algunas investigaciones apuntan a que una de las ventajas de la ficción en general, y de las historias del cine en particular, es que permiten el desarrollo de una mayor empatía entre el espectador y los personajes.



En ese sentido, un estudio reciente se centró en la reacción de un grupo de personas frente a dos películas especialmente complejas en lo emotivo: "La vida es bella" (Roberto Benigni, 1997) y "Siempre a tu lado" (Lasse Hallström, 2009).

En la primera, un hombre judío trata de construirle una realidad paralela a su hijo dentro de un campamento nazi, con la idea de protegerlo de los horrores que se viven ahí. En la segunda, en tanto, un perro fiel que siempre va a esperar a su dueño a la estación de Metro lo continúa haciendo incluso después de que la persona muere.

De los sesenta espectadores que se sometieron a la prueba, 32 no se emocionaron con ninguna de las historias. El resto sí. Y en ellos se produjo un beneficio emocional.



Según indica el grupo de expertos de la Universidad de Tilburg (Holanda) que realizó el test, al principio las personas que se emocionaron con las películas se sintieron deprimidos, luego sus sentimientos se equilibraron y alrededor de 90 minutos después de los filmes sintieron una notable mejoría en su humor.

Esa dinámica es la clave de someterse al proceso emotivo indican los especialistas, ya que -entre otos efectos- se produce una estimulación del sistema inmunológico, se reduce la presión arterial y el organismo se encuentra en una fase positiva.

Así, emocionarse y llorar cuando se ve una historia que identifica no hace para nada a las personas más débiles, sino que todo lo contrario.

El reconocido psicoanalista checo Sigmund Freud en los años 30 ya anotaba que llorar era un ejercicio liberador. "La contención del llanto puede revertir en la aparición de diversos trastornos y el sujeto se vuelve más propenso a experimentar angustias y tensiones internas", decía.



Idea corroborada luego con una amplia variedad de estudios que coinciden en que reprimir las emociones, especialmente el llanto, colabora a la aparición de trastornos de ansiedad, úlcera intestinal o asma, entre muchos otros. Ante ello, los individuos que no exteriorizan sus sentimientos son más propensos a experimentar angustias y tensiones internas.

Por otra parte, empatizar con historias de vida ajenas ayuda a que las personas a recoger experiencias del entorno. A nivel cerebral, manifestar emociones ante un filme libera oxitocina, que actúa como neurotransmisor y ayuda a comprender mejor las señales de los demás.

En palabras simples, entonces, ver una película y reír o llorar con libertad es bueno para el cerebro y el organismo, pues entrega más herramientas para el fortalecimiento interno y para comprender el entorno.