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Tres lecciones de La La Land que puedes aplicar en tu vida

Por Javier Báez/ Dinero en Imagen | 24 Febrero, 2017 - 10:10
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El sueño de Mia y Sebastian es hacer lo que más les gusta, aunque el camino para lograrlo no sea sencillo.

“La La Land” ya es una de las grandes ganadoras de Oscar, al acumular 14 nominaciones, las mismas que Titanic (1997), de James Cameron, y All About Eve (1959). La cinta de Damien Chazelle hizo historia al ser la película que aspira a tener más premios de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Estados Unidos.
 
Los personajes protagónicos de la película son Mia, una aspirante a actriz que trabaja en la cafetería de un estudio de cine en Hollywood, pero que no obtiene ninguno de los papeles para los que hace audiciones. Por su parte, Sebastian es un pianista de jazz que sueña con abrir un bar dedicado a este género musical, sin embargo, no cuenta con el dinero para hacerlo y tiene trabajos en lugares que no le agradan.
 
Para ambos, su más grande sueño es hacer lo que más les gusta, aunque el camino para lograrlo no es sencillo. Al contrario está lleno de frustraciones.
 
A continuación, te presentamos tres lecciones profesionales que aprendimos al ver “La La Land” y que te ayudarán a enfrentar el complicado mundo laboral.
 
Miles te van a rechazar
 
Le ocurre a Mia, hace audiciones para cientos de papeles y en todas la rechazan. Pero no sólo eso, las personas encargadas de verla actuar ignoran su trabajo. Pese a esto, ella no se da por vencida tan fácilmente, al contrario, no deja ninguna oportunidad que se le presente. Ama lo que hace y no pierde de vista su meta.
 
A todos nos ha ocurrido, vamos a una entrevista porque pensamos que es el trabajo de nuestros sueños. Lo más probable es que no lo consigamos a la primera, por lo que habrá que ser pacientes y no ser presas de la frustración. Debemos aprovechar toda oportunidad que se presente y no dejar de insistir hasta obtener lo que queremos.
 
 
Debes tener un camino claro
 
Sebastian tiene muy claro que su meta es abrir su propio bar de jazz. Sabe que en ningún otro lugar va a encontrar lo que él quiere, sin embargo, no tiene el dinero para abrir su negocio y tampoco un plan de cómo conseguirlo. Sobrevive gracias a empleos que odia, pero que le pagan para sostenerse. Es pianista en un restaurante y tecladista en una banda de fiestas.
 
A todos nos pasa, muchas veces queremos convertirnos en nuestros propios jefes. Tal vez tenemos una idea ganadora, pero no los fondos para hacerla realidad. Las metas son importantes, pero lograrlas depende de si tenemos o no un camino trazado para llegar a lo que queremos.
 
Se cierran todas las puertas
 
Mia va a todas las audiciones que puede, pero ni así obtiene los papeles que quiere. Llega un momento en el que sabe que todas las puertas se le cerraron y que si sigue así no va a lograr nada. Por eso decide darle la vuelta a la situación: escribe un monólogo para ella y alquila un teatro para montarlo. Hay otras formas de conseguir nuestras metas.
 
Es probable que si sentimos que ya agotamos todas nuestras oportunidades. No es por algo que hagamos mal, tal vez es cuestión de hacer buscar una alternativa para lograr lo que queremos. En ese pequeño cambio radica el éxito: Hacer las cosas diferentes a los demás.