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Turquesa, el color

Por EFE | 10 Abril, 2014 - 16:11
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El libro de tendencias internacionales de color, presentado por el Aesthetic Center de AkzoNobel, da a conocer el que será el tono de 2014, el turquesa, dentro de cinco propuestas inspiradoras.

Si quiere cambiar el color de sus paredes y darle un toque más activo, el turquesa es el tono elegido como el más “trendy” de la decoración actual. Lejos quedan los beiges y amarillos suaves que combinan con todo, pero que dejan un cierto toque impersonal. Un tono que igualmente es tendencia en los complementos de decoración, donde mesas, sillas, jarrones o elefantes se apuntan al color. Un tono que junto al naranja aporta una buena dosis de optimismo a la vista. El Aesthetic Center de AkzoNobel ha presentado "Colour Futures 2014", el libro de tendencias internacionales de color que apuesta por cinco tendencias como una guía, si aún no está decidido. Ellos definen al color turquesa como el protagonista, que incorporan a cualquiera de las estancias de la casa. Un tono que continúa con la gama de azules que se constituyeron como el eje de la decoración de 2013. Según explican los responsables de AkzoNobel, el turquesa “combina la armonía natural del verde con la tranquilidad del azul”, y todo ello converge en un síntoma de equilibrio. El tono resultante tiene un carácter amable, a la vez que destaca por ser más profundo y sofisticado que el turquesa simple, un color que nos recuerda a la serenidad de los mares tropicales. Una de las características a su favor es que el turquesa es un tono versatil que “funciona bien en diferentes combinaciones de color”, según los expertos de AkzoNobel. Bien junto a tonos neutros o mezclándolo con texturas de madera para evitar sobrecargar los espacios, además de junto al rosa y el amarillo ocre cálido. A la hora de pintar recomiendan que se escojan tonos de la misma gama cromática para producir un efecto “color block”, de manera que se pueden intercalar el turquesa con el índigo, el azul denim o el azul marino y así crear una sensación “oceánica y dinámica”. Combinar el color de año con verdes como el verde menta o el esmeralda logrará un efecto fresco y natural. Para quien prefiera que los cambios apenas se perciban, los expertos recomiendan una “revolución silenciosa” con ligeros cambios de color en tonos neutros para transmitir un efecto relajante. Un toque de modernidad en blanco que recuerda a las nubes y los tonos árticos. Como “margen de prueba” construyen una paleta de color con neutros masculinos, a través de materiales naturales como la madera oscura, el mármol y corcho, además del hormigón. Sofisticados tonos de masilla, revoque y ladrillo pueden funcionar en combinación con tonos profundos, como el más oscuro verde esmeralda o el sangre de toro. El ciruela y el borgoña y combinados con el ocre o de azul petróleo claro da un carácter personal al denominado “folk urbano”. Lilas y tonos pastel conforman el espectro de “jardín secreto”; lavandas y rosas crean un lugar etéreo, sensible y sereno. Para los que busquen colores vibrantes, el limón efervescente y el azul laguna conviven con tonos brillantes de verde esmeralda, lima, violeta y el naranja fogoso. Una gama en azules, desde el azul marino hasta el azul ultramar, el azul celeste y el cyan pálido. Tonos en lo que siempre se pueden encontrar algo para todos los gustos.