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Una de cada tres personas se muerde las uñas (y no puede dejar de hacerlo)

Por Pueblo en Línea | 28 Noviembre, 2016 - 09:25
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La onicofagia acarrea problemas psicosociales y tiene un impacto negativo en la calidad de vida.

A la pregunta de por qué hay gente que se muerde las uñas la respuesta más común es: ansiedad o nervios.
 
Sin embargo, un estudio reciente concluye que comerse las uñas no es necesariamente una señal de nerviosismo o ansiedad. La gente lo hace también cuando está aburrida, hambrienta, frustrada o tratando de completar una tarea difícil.
 
El hábito tiene un nombre más científico que "comerse las uñas": onicofagia. Y es más prevalente entre los niños que entre los adultos.
 
Este desorden común, que afecta hasta al 30% de la población sin importar la edad, puede conducir a problemas psicosociales significativos y tener un impacto negativo en la calidad de vida. Además, puede causar complicaciones físicas en la unidad ungueal y la cavidad oral.
 
Y más que un problema estético, puede llegar a ser crónico cuando está asociado a otros desordenes psiquiátricos como trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o trastorno de ansiedad por separación (TAS).
 
De hecho, en 2012 la Asociación Americana Psiquiátrica, de Estados Unidos, incluyó la onicofagia en la lista de trastornos obsesivos-compulsivos (TOC).
Sin embargo, no todos los psiquiatras concuerdan.
 
Algunos de ellos argumentan que aunque es cierto que la onicofagia es, como los TOC, una conducta natural llevada al exceso, estos últimos son obsesiones motivadas por la ansiedad y morderse las uñas no lo es.
 
 
Una de las razones que afirma el nuevo estudio es que las personas se comen las uñas porque las relaja.
 
A Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, no le sorprendería: se trata, desde ese punto de vista, de "una alteración en el desarrollo psicosexual en la fase oral que se convierte en una fijación oral".
 
Sin embargo, la vinculación con el placer ha sido señalada por ciertos estudios con animales en otros términos.
 
Por otro lado, expertos indican que el motor de la onicofagia no es la ansiedad sino el perfeccionismo. Quienes se muerden las uñas pueden ser perfeccionistas y que hacerlo puede ayudarles a calmar su irritación, aburrimiento o insatisfacción.
 
Otro punto indica que aquellos que se comen las uñas tienen familiares que también lo hacen, y que es común entre gemelos que si uno lo hace, el otro también lo haga.
 
Según la Academia Americana de Dermatología (AAD), las infecciones bacterianas causadas por morderse las uñas son uno de los problemas más comunes de las uñas.
 
Una de ellas es la paroniquia, una infección de la piel que ocurre alrededor de las uñas, la cual es dolorosa y en casos serios puede llegar a requerir de un intervención quirúrgica.
 
Dejar de comerse las uñas es notablemente difícil. La mayoría de quienes lo hacen han tratado y fracasado. No obstante, a juzgar por las estadísticas que estiman que el 45% de los adolescentes se comen las uñas pero reducen el porcentaje significativamente cuando se trata de adultos, muchos lo logran.