Las aerolíneas han puesto de su parte con el low cost, pero han alertado que las tasas de embarque constituyen el elemento que termina encareciendo el costo de volar y afectando la decisión de compra de los pasajeros.

 

Respecto de lugares donde el concepto está consolidado, como Europa, en América Latina el costo por usar los aeropuertos es alto, de acuerdo a los antecedentes de la Asociación de Transporte Aéreo de América Latina y el Caribe entregados por el diario chileno La Segunda.

 

"Si queremos estimular la demanda, no basta con que las aerolíneas bajemos los precios de los pasajes, sino que todos los costos asociados a volar deben ser más competitivos", sentenció el gerente general de Latam en Chile, José Luis Rodríguez.

 

Las tasas más caras de América Latina se pagan en el aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito, donde por vuelos a Bogotá y Lima hay que desembolsar US$ 188 y US$ 182, respectivamente. La ruta entre Bogotá y Punta Cana también es especialmente costosa, con un importe de US$ 176.

 

En el Viejo Continente, por contrapartida, los tramos más onerosos son Fráncfort-Londres (US$ 110), Londres-Múnich (US$ 100) y Estambul-Londres (US$ 93).

 

Por el contrario, las tasas más económicas de la región las tienen las rutas Sao Paulo-Santiago (US$ 67), Asunción-Sao Paulo (US$ 79) y Sao Paulo-Montevideo (US$ 79).

 

En viajes domésticos, Uruguay tiene el costo menor, con US$ 2, mientras que en Bolivia llega al equivalente a US$ 2,18. El tercer país más barato es México, con US$ 4, mientras que en Colombia y Paraguay se exigen US$ 5,1. En Ecuador, el monto alcanza a US$ 5,3.

 

Las tasas de embarque más gravosas de América Latina se encuentran en Argentina (US$ 7), Brasil (US$ 9), Perú (US$ 10,9) y Chile (US$ 11).