Artículos

Visitar Kenia para ser protagonista de un safari al corazón de África

Por Antonia Corrado/ Télam | 19 Septiembre, 2016 - 16:23
  • amimals-1132745_1280.jpg

La mayor parte del territorio es sabana matizada por bosques de acacias y pequeñas colinas cubiertas de hierba. En la zona occidental del valle, donde el acceso al agua es más sencillo, se concentra una imponente fauna compuesta por leones, leopardos, rinocerontes negros, elefantes, hienas manchadas, búfalos e hipopótamos que se encuentran entre los ríos Mara y Talek.

Cruzar desiertos y valles entre caravanas de camellos para alcanzar el lago Turkana superpoblado de cocodrilos, ir de safari a la reserva Massai mara en el gran valle del Rift, visitar el orfanato de elefantes David Sheldrick, recorrer museos, mercados y teatros en Nairobi, son experiencias que dejan una huella imborrable en el turista que visita Kenia.
 
La República de Kenia, ubicada al este del continente africano, limita con Etiopía, Somalia, Tanzania, Uganda, Sudán del Sur y con el océano Índico en su costa sureste. 
 
Su capital, Nairobi, conocida como el corazón de los safaris en África, es una ciudad moderna y llena de vida que ofrece conocer el fascinante mundo de la naturaleza salvaje, sin perder de vista la vida nocturna con pubs, música y baile. 
 
El Teatro de Kenia, tiendas, mercados, hoteles y restaurantes dan la impresión de derrochar energía, y están a la altura del turismo más exigente. 
 
El Parque Nacional de Nairobi abarca 117 km², está emplazado en un área reservada para evitar la caza y se alcanza recorriendo unos pocos kilómetros desde la capital.
 
 En él habitan más de 80 especies de mamíferos, entre los que se destacan el rinoceronte negro, la jirafa masai y búfalos o cerdos salvajes.
 
Otro morador de este parque y en número muy elevado es el ñu, que comparte el hábitat con gacelas y cebras, y 450 especies de aves.
 
 
En Nairobi el visitante no puede perderse la visita al Orfanato de Elefantes de David Sheldrick emplazado en una de las esquinas del parque nacional. Este verdadero santuario, que abre al público entre las 11 y 12, ha rescatado y criado a cientos de cachorros de elefantes, consiguiendo reinsertarlos en la vida salvaje.
 
El orfanato alberga alrededor de 30 crías de elefante que quedaron huérfanas por el tráfico ilegal de colmillos de marfil, práctica que se sigue ejerciendo en África, y que llevan a cabo cazadores furtivos para comerciar con clientes en China y Tailandia.
 
Al orfanato, especie de jardín maternal, llegan visitantes del mundo entero a emocionarse con la escenas que protagonizan elefantes entre cero y tres años, que se bañan como niños en el barro, juegan a la pelota y beben los biberones que les preparan y dan sus cuidadores. En la mayoría asoman sólo pequeños colmillos, se tumban por el peso de su propia trompa, y son el centro de miles de flashes.
 
Al sudoeste de Kenia, distante 224 kilómetros de Nairobi, se ubica la reserva natural Massai Mara, que ocupa un área de 1.510 km² en la zona del Gran Valle del Rift. 
 
La mayor parte del territorio es sabana matizada por bosques de acacias y pequeñas colinas cubiertas de hierba. En la zona occidental del valle, donde el acceso al agua es más sencillo, se concentra una imponente fauna compuesta por leones, leopardos, rinocerontes negros, elefantes, hienas manchadas, búfalos e hipopótamos que se encuentran entre los ríos Mara y Talek. 
 
Todos los días, mañana y tarde, salen vehículos conducidos por guías turísticos expertos y conocedores de los caminos adecuados para preservar a los ansiosos visitantes, que disparan flashes por doquier, sumergiéndose en esta fantástica experiencia que permite ver enormes elefantes errantes deambulando, a veces en solitario y otras en manada.
 
En esta región del Gran Valle del Rift el turista revive escenas de las películas "Mogambo" y "Memorias de África" y puede llegar a sentirse en una escena mágica al ver que la ficción pasó a ser un safarí real con él como protagonista.
 
La reserva Masai Mara cuenta con guardianes que la custodian de cazadores furtivos, dentro y fuera del área turística. 
 
 
Dentro del predio que abarca la reserva hay restaurantes y hoteles de diversas características. Una de las opciones que el visitante prefiere es el turismo ecológico para estar en contacto con la naturaleza sin privarse del confort. Para ello el predio cuenta con un camping que tiene baños equipados con hidromasajes, espacios de cocina y camas dobles. Los complejos se diseñaron teniendo en cuenta la eficiencia energética y el ahorro de recursos. 
 
Otras opciones de alojamiento van desde casas en los árboles a trailers restaurados y vagones de circo. Al noroeste de Kenia y en pleno valle del Rift, ya en el límite con Etiopía, se ubica el lago Turkana, conocido como Mar de Jade, el más grande del mundo de los situados en un desierto.
 
La mayoría de los visitantes parten de Nairobi para hacer esta excursión inolvidable que dura de 2 o 3 días: se cruza el desierto de Chalbi y el valle de Suguta, visitando maravillosos paisajes, entre caravanas de camellos, pueblitos y campamentos nómadas, hasta alcanzar este magnífico oasis de aguas cristalinas emplazado en una zona que cautiva. 
 
Explorar este paraje indescriptible es sentir el palpitar del corazón de África. La convivencia de numerosas tribus nómadas asentadas a orillas del lago Turkana, hábitat de una enorme familia de cocodrilos, es una postal donde no hay vestigios de civilización.
 
En la zona se puede visitar un bosque de palmeras y hacer un safari sobre camello, que permite conocer el Molo, la tribu más pequeña de Kenia. 
 
Es recomendable que todas las excursiones mencionadas se lleven a cabo en tours programados y conducidos por guías especializados.