Reseña

"Cuerpos textualizados", los vericuetos de la literatura

Por Télam |  27 Junio, 2014 - 09:18
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Un libro en formato de correspondencia reflexiona de manera original en torno a la dinámica literaria, revisando los pensamientos y miradas de autores importantes pero no tan estudiados. El resultado, un libro potente y diverso.

Una travesía espiritual es "Cuerpos textualizados", ensayo literario en el que la bielorrusa Natalia Litvinova y el argentino Javier Galarza sostienen una correspondencia dividida en tres zonas clave: la potencia de la escritura, el deseo que la anima y la ausencia de respuestas definitivas que empuja a seguir con una práctica "que carece de utilidad, valor y equivalencia: el arte como don o parte maldita", plantean.

El libro, publicado por la editorial Letra Viva en la colección Literatura y Psicoanálisis que dirige el también escritor y psicoanalista Nicolás Cerruti, entre otras cosas, recurre a una relectura atenta y dialogante con autores como Rilke, Celan, Mandelstam y Miguel Angel Bustos, entre otros.

Litvinova nació 1986, es traductora y poeta. Galarza nació en 1968, es profesor asociado de la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino, dedicado a la enseñanza y a la investigación literaria.

 

Un aspecto que se aborda en pasajes importantes del libro es el matiz "inabarcable" de la poesía. Para Galarza se trata de "ese caudal de vida que nos excede, eso que, como decimos en la introducción a una de las cartas del libro, nos desborda por todos lados.

En la primera elegía de Duino, el poeta Rainer Maria Rilke, escribe 'Se alzaba/ en el pasado una ola hacia ti, o cuando pasabas/ por una ventana abierta, se te entregaba un violín. / Todo esto era una misión, ¿pero fuiste capaz de cumplirla?/ ¿No estabas siempre distraído por la esperanza…?'... Creo que la poesía da cuenta de ese resto de sentido que nos huye, eso que Hölderlin llama los signos de los dioses y Baudelaire las correspondencias. Es inabarcable porque está allí, pero se sustrae, y como el sentido de los poemas, nos interpela desde lo que se retira".

Otro eje por el que circula la publicación es la idea "del no saber de la escritura", ante lo cual cabría la pregunta si los autores saben más después de llevar adelante el libro o permanecen en la incertidumbre?

Litvinova destaca que "recordamos las palabras que Lacan le dijo a Marguerite Duras: 'usted no debe saber que ha escrito lo que ha escrito, porque se perdería. Y significaría la catástrofe', eso sería una idea que resume mi estado luego de escribir este libro".

Galarza, en tanto, dice que "ponemos la escritura del lado de la búsqueda y no de la certeza. Sabemos algo más después de escribir este libro. Pero sólo el tiempo o los trabajos posteriores podrán decirnos de qué se trata. Mientras tanto, continuamos con el diálogo y con nuestros respectivos proyectos. Es decir, seguimos buscando".

Finalmente, ¿cómo se asume o se enfrenta la dinámica de crear, de escribir, luego de reconocer la intensidad de la experiencia literaria?T : ¿Cómo seguir escribiendo después de la intensidad de esta experiencia? El autor argentino destaca que la forma es fortalacerse.

"Paul Celan dice en un discurso: 'El poema es un diálogo. A menudo un diálogo desesperado. Seguimos con ese diálogo y con esa desesperación. Una verdadera correspondencia no tiene fin". Ese es un buen estado para asumir nuevos desafíos", dice Galarza.

Para Litvinova el punto es una mirada amplia. "Como dice Claudia Masin en el prólogo, 'este libro no es una correspondencia entre dos: es una correspondencia entre vivos y muertos, entre poemas ya escritos y otros por escribir', por lo que es un proceso que no termina"…