Reseña

Skoda Spaceback 1.6 TDi 105 CV Ambition, un modelo simplemente eficiente

Por Javier Millán |  7 Noviembre, 2014 - 08:26
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La marca checa Skoda, cuyo eslogan es el llamativo Simply Clever o simplemente inteligente, ha hecho de su Spaceback un coche "simplemente eficiente" y no sólo en materia de consumos de carburante, porque se trata de un turismo con un alto grado de inteligencia puesta en funcionalidad y amplitudes.

El Spaceback es un compacto de 4,30 metros que se deriva de la berlina de cuatro puertas Rapid, un vehículo ya muy utilizado por el mundo del taxi por su fiabilidad y amplitud.

Skoda, a pesar de la derivada, ha marcado diferencias notables para evitar una asociación visual con el Rapid. El Spacebak se diferencia de su pariente con la pérdida del tercer volumen de la berlina, lo cual es un cambio sustancial de arquitectura que los diseñadores han adornado con algunos elementos que incrementan la diferenciación y mejoran la percepción de un compacto con cierto estilo, mucho más deportivo.

En algunas versiones se puede acentuar este tono más deportivo. La versión probada es uno de esos casos, ya que está vestida de rojo en combinación con techo decorado en negro brillante. Remata el cuadro la utilización de vistosas llantas de 17 pulgadas de cinco radios dobles.

En la vista frontal destaca la sencillez de un diseño en el que predomina la horizontalidad de la parrilla y de los faros, mientras el diseño lateral es mucho más vistoso, ya que se aprecia con mayor intensidad el contraste del rojo de la carrocería y el negro del techo.

El alerón trasero en negro y los montantes de las ventanillas también rematados en ese color potencian el toque dinámico del vehículo.

En la parte trasera llama la atención el gran tamaño de la luneta trasera, que incluso es más baja de lo habitual.

Si, como es el caso de la unidad probada, equipa de manera opcional el techo panorámico parece que toda la parte alta del vehículo se ha  fabricado en cristal.

Sus faros traseros, como es tradicional, imitan el diseño de una letra C, lo que deja más espacio al cristal del portón.

El maletero tiene formas aprovechables, una capacidad de 415 litros y equipa argollas para asegurar mejor la carga.

El portón va revestido con tapicería en la parte interior y tiene un tirador de goma para poder bajarlo con más facilidad.

El interior es sencillo y un tanto espartano siguiendo el ejemplo germano, lo que ayuda a encontrar de un simple vistazo todos los botones, que además se encuentran al alcance de la mano.

El volante es multifunción y desde él ha de hacerse la conexión del teléfono móvil, sistema que no es tan intuitivo como en otras marcas del grupo Volkswagen o en otros modelos de la competencia.

En el tablero central hay dos relojes grandes separados por una pequeña pantalla en la que se puede consultar el ordenador de a bordo.

El reloj de la derecha informa de la velocidad a la que circula el coche y del nivel del depósito de combustible, mientras que el de la izquierda de la temperatura del propulsor y de las revoluciones a las que gira el motor.

El motor es el diesel de 1.6 litros de 105 CV de potencia, gobernado por una transmisión de cinco relaciones, con desarrollos largos para buscar consumos más reducidos, lo que se traduce en que se pueden hacer casi 500 kilómetros con medio depósito de gasóleo.

Skoda ha homologado para esta versión un consumo de 4,4 litros a los 100 kilómetros, a pesar de que no cuenta con una sexta marcha ni con un sistema de parada y arranque automático del motor (start & stop).

El par máximo es de 250 Nm y el motor lo entrega entre las 1.500 y las 2.500 revoluciones por minuto.

El tacto de uso de este motor es áspero y ruidoso, aunque mejora notablemente a velocidades medias en carretera. El problema es que en la mayoría de los casos la utilización diaria va a discurrir en tráfico urbano y a bajas velocidades, en las que el motor es muy evidente.

No es un coche rápido, lo cual se ajusta a un comprador mayoritario sin altas exigencias dinámicas, y, como no, a las cada vez más restrictivas normas de tráfico. A cambio, ofrece funcionalidad, un funcionamiento fiable y consumos muy contenidos, en suma racionalidad.

Se trata de un turismo de conducción agradable, dotado de un ajuste de suspensión de parámetros turísticos, en este caso algo endurecida de reacciones por el bajo perfil del neumático utilizado, que ofrece la ventaja, por otra parte, de un mejor asiento del coche sobre el asfalto.

Las compactas medidas del vehículo -4,30 metros de largo, 1,70 de ancho y 1,45 de alto- y un peso no muy elevado de 1.260 kilogramos, favorece una dinámica de conducción ágil, adecuada para la utilización cotidiana en escenarios urbanos.

El Spaceback, con una frenada ajustada a las prestaciones, se muestra muy neutro de reacciones. La dirección, de asistencia eléctrica, facilita las entradas en los giros y la colocación de los dos trenes en su sitio, sin oscilaciones laterales de la carrocería.

La distancia entre ejes mantiene un buen equilibrio entre los trenes, de forma que no se perciben cabeceos del bastidor. Las respuestas dinámicas del coche son equilibradas, haciendo de la conducción un trance fácil.

Una agradable sorpresa es la que se percibe al volante del Spaceback cuando se circula sobre los asfaltos en mal estado, últimamente demasiado habituales en los viales urbanos y en la red de carreteras. La suspensión hace un buen filtrado de las irregularidades de las superficies y reduce las vibraciones al mínimo.

Visto el comportamiento dinámico merece la pena una examen al interior del coche, que va a sorprender por la amplitud, aunque en la bancada trasera será mejor que se acomoden dos viajeros en lugar de tres. El coche no es muy ancho y los pasos de rueda dificultan un viaje cómodo si van tres sentados.

En altura pueden viajar personas de mucha talla en la parte trasera. En la parte delantera, la posición de conducción es muy confortable. Se echa de menos un asiento que recoja un poco más lateralmente.

La sensación que perciben los pasajeros es de amplitud, a lo que contribuye el salpicadero, despejado y de formas horizontales, y la amplitud de las ventanillas, especialmente las traseras.

El Spaceback es un coche que encaja a varios perfiles de conductores, desde el que no quiere hacer un fuerte desembolso de dinero para contar con la fiabilidad y la tecnología del Grupo Volkswagen al que busca un compacto distinto y espacioso.

Su diseño evoca al de un familiar al que Skoda le ha sabido dar un toque deportivo por lo que también tiene cabida en el garaje de una familia con niños o de aventureros que aprovechan los descansos para disfrutar de sus deportes al aire libre y necesitan espacio para llevar sus equipos.

Su precio está por debajo de la factura de la mayoría de sus competidores en el reñido segmento de los compactos y además puede bajar considerablemente, según la campaña de descuentos de turno.

Puesto en el mercado, el Skoda Spaceback tiene una posición complicada al situarse entre dos segmentos muy definidos del mercado, el de los utilitarios de la categoría B y los compactos de la C. Aunque está cerca de algunos familiares del segmento B, su posición más natural es la de los compactos.

Características técnicas

Longitud 4,304 m.
Anchura 1,706 m.
Altura 1,459 m.
Distancia entre ejes 2,602 m.
Vía delantera 1,457 m.
Vía trasera 1,494 m.
Peso 1.260 kg
Capacidad depósito 55 l.
Capacidad maletero 415 l.
Coeficiente aerodinámico 0,30 Cx
Posición motor Delantero transversal
Alimentación Inyección directa
Cilindros Cuatro cilindros en línea
Cilindrada 1.598 c.c.
Potencia máxima 105 CV a 4.400 rpm
Par máximo 250 Nm a 1.500-2.500 rpm
Transmisión Manual de 5 velocidades
Velocidad máxima 190 km/h
Aceleración 0-100 10,3 seg.
Consumo medio 4,4 l.
Emisiones CO2 114 g/km
Impuesto de Matriculación Exento
Dirección Asistida electromecánica
Diámetro de giro 10,2 m.
Frenos delanteros Discos ventilados
Frenos traseros Discos sólidos
Suspensión delantera Tipo McPherson
Suspensión trasera Eje multibrazo
Tracción Delantera
Neumáticos 215/40 R 17
Equipamiento de serie ABS + EDB + ESP
Precio US$26.000.