Todos deseamos alcanzar el éxito, pero sólo unos cuantos pueden alcanzar el punto donde se sientan plenos en sus carreras profesionales.

 

Sin embargo, en el camino hay muchos obstáculos, pues es más fácil desperdiciar oportunidades y caer en la inacción.

 

Para que no caigas en estos errores, te compartimos las 10 actitudes de las personas que seguro no tendrán el éxito de frente, de acuerdo con el sitio Inc.

 

 

Es fácil caer en la procrastinación porque nos enfrentamos todos los días a ellas. La gran pregunta ahí está: ¿por dónde empezar?, ¿cómo iniciar?, ¿cómo dar el gran paso? El hecho de dejar las cosas “para mañana” está en todo nuestro alrededor. Desde las actividades diarias hasta los grandes proyectos.

 

La mejor forma de combatir esto es “romper” cada proyecto en pequeñas actividades fáciles de lograr y registrar.

 

 

También es muy fácil caer en esto. Si no consigues lo que quieres, puede que comiences a echar culpas (hacia ti o a los demás).

 

Tienes que remediarlo. El camino es aceptar las consecuencias de tus errores y el hecho de que cada quien toma sus propias decisiones.

 

Si sabes que vas a fallar o ya fallaste, mejor acepta las cosas y la posibilidad de aprender de ello y hacerlo mejor a la siguiente.

 

 

El cerebro está programado para asumir cosas cuando no entiende por completo una situación para, de esa forma, crear una narrativa que “concuerde” con la realidad. El problema es que la realidad no corresponde con lo que se asume.

 

Si con frecuencia crees que algo está condenado al fracaso o que es demasiado difícil, entonces caes en la asunción.

 

Lo peor de esto es que te limita y con ello las oportunidades para el éxito desaparecen de tu campo de visión. Para combatirlo, te recomendamos preguntar, obtener respuestas y comunicarte lo más que puedas.

 

 

 

No es lo mismo escuchar que oír. Así que escucha y presta atención a todo lo que te rodea, mientras hablas menos.

 

Las personas con menos éxito en el mundo son las que hablan en vez de escuchar. Creen que lo saben todo y que no tienen necesidad del conocimiento o experiencia de otros.

 

Nada más alejado de la realidad. Respeta al otro al escucharlo y respétate al escuchar lo suficiente, aprender y permitirte crecer.

 

 

Si siempre tienes miedo de tomar riesgos y prefieres quedarte en tu zona de confort, no tenemos buenas noticias para ti. No puedes seguir adelante y crecer si sigues una fórmula que en el pasado te resultó efectiva.

 

Mejor visualiza al riesgo como un obstáculo necesario en el camino hacia un lugar mejor.

 

 

La gente perdedora “aborta la misión”, renuncia a la primera que algo no le parece bien, desiste de intentarlo si la primera vez no logró su objetivo.

 

Lo malo es que si este problema no se ataca, puede formar parte de un círculo vicioso.

 

 

Las personas que no alcanzan el éxito o que no logran lo que quieren por lo general están de mal humor. ¿La causa? Pasan mucho tiempo pensando en los logros de otros y en el dinero que tienen.

 

Se niegan a asumir la responsabilidad de su propia falta de logro, celan y se obsesionan con quienes en realidad toman riesgos inteligentes y van en busca de sus objetivos.

 

 

 

Durante un día promedio desperdiciamos mucho tiempo sin querer, pero hay momentos en que lo hacemos conscientemente: cuando vemos televisión, películas o navegamos por internet.

 

No es malo ni se trata de dejar de hacerlo, simplemente es mejor ser razonable con el tiempo dedicado a ello y, en vez de pasar tres horas, dedicarle, a lo sumo, media o una hora.

 

La gente exitosa es moderada con lo que consume y aquello que leen o ven lo convierten en un producto de valor.

 

 

Las personas exitosas desean que los otros alcancen sus objetivos y en verdad se alegran cuando las cosas buenas llegan a la vida de los demás. La gente perdedora, no.

 

Velar solo por tu progreso no te llevará a ningún lado. Todo tiene una lógica: en una empresa o startup te conviene que todos sean exitosos, tanto en su vida personal como en la profesional.

 

 

Si presentas una idea ante alguien y dice “no” a todo porque “todo está mal”, estás frente a una persona perdedora. Asimismo si sólo habla de los errores de su equipo y no reconoce sus logros.

 

Enfocarse sólo en los aspectos malos de la vida y los negocios limita la visión y el campo de acción. Resta energía al equipo y, definitivamente, no se trabaja igual.