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12 lecciones para sobrevivir a la tentación del consumo

Por Dinero en Imagen/ Edith Esquivel | 21 Octubre, 2016 - 09:35
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Informarse, deshacerse de lo prescindible y preferir la calidad de los productos de los comercios locales es clave para cuidar el bolsillo.

Las grandes empresas tienen como táctica de ventas la obsolescencia percibida y la obsolescencia programada, es decir, diseñan sus productos para verse pasados de moda en poco tiempo, o para descomponerse pronto.
 
¿Qué haremos nosotros al respecto? ¿Cuál será nuestra estrategia para no sufrir ante esta gigantesca conspiración en contra de nuestro bolsillo y nuestro medio ambiente? La clave está en aprender en buena medida de la generación de nuestros abuelos. He aquí algunas de sus lecciones:
 
-Infórmate: existen agencias gubernamentales que proveen información sobre calidad, precio y atención de gran variedad de productos y servicios, así como consejos para crear los tuyos propios e intermediación cuando no te cumplan. Acude a ellos sin miedo a la burocracia: la asesoría es amable, gratuita y presencial o por teléfono, al menos en el caso de la mexicana Profeco. Además, si haces cita por Internet, no tendrás que esperar ni hacer colas.
 
-Depende de menos productos.
 
-Renta o sustituye un producto por otro más simple. Por ejemplo, usar menos el automóvil y preferir el transporte público (rentar) y la bicicleta (más simple) o caminar es bueno para tu salud y tu bolsillo. 
 
-Prefiere productos con garantía de por vida o con la garantía más extensa. Algunos focos LED, por ejemplo, te garantizan 20 años de uso.
 
-Cuando elijas ropa, muebles o accesorios, escoge diseños simples que no pasen de moda.
 
-No compres la nueva tecnología de inmediato. Usa los artículos que tienes y trata de actualizarlos. 
 
-Compra artículos que tengan partes reemplazables. Antes de comprar, investiga si es fácil cambiar la batería, o mejorar la capacidad de memoria, si hay disponibilidad de piezas de repuesto y si el diseño permite la reparación. Por ejemplo, mi aspiradora está diseñada para que puedas reemplazar con un desarmador cualquier pieza que se descomponga, y para que jamás tengas que comprar la aspiradora completa.
 
-En la medida de lo posible, evita comprar las cosas hechas por grandes corporaciones que pueden pagar a un ingeniero para programar la muerte de tu producto. Si las haces tú mismo o las mandas a hacer en un taller local, durarán más. Es el caso de la ropa hecha por costurera y los muebles hechos por un buen carpintero, o una casa construida bajo tu supervisión.
 
-Evita, cuando se pueda, los artículos que requieran baterías o alimentación eléctrica o chips de programación, o que sean frágiles y evidentemente desechables. Por ejemplo: juguetes, aditamentos de cocina o de limpieza. Aunque existen excepciones. Mi  aparato para lectura me ha ahorrado dinero, y es de buena calidad porque el negocio del fabricante está en venderte los libros electrónicos, no el aparato.
 
-Las impresoras son máquinas para sacar dinero. ¿Sabías que muchas tienen chips que las desactivan después de cierto número de impresiones? ¡Y también a los cartuchos de tinta! Compra impresoras cuyos cartuchos sean baratos y no requieran de un chip, y para las cuales existan versiones genéricas. También hay  en el mercado impresoras que funcionan con botes de tinta rellenables.
 
-Evita las consolas de videojuegos, pues quedan obsoletas en muy poco tiempo. Es más recomendable que los niños jueguen desde la computadora, pues así adquirirán habilidades de computación mientras juegan.
 
-Repara y reutiliza.