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América Latina es la novedad en la industria de la moda

Por Loreto Oda Marín | 30 Abril, 2015 - 09:06
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Para la diseñadora chilena Lupe Gajardo, quien se presentó en febrero en el New York Fashion Week, el sur cada vez existe más en la creación global del estilo. Dice que Brasil, Colombia y Venezuela se abren como importantes focos inventivos y productivos.

Fue la primera y no lo supo hasta después del desfile. La diseñadora Guadalupe “Lupe” Gajardo el 17 de febrero exhibió su colección “De pájaros y Mendigos” en el New York Fashion Week y, sin quererlo, se convirtió en pionera.

"Creo que es bueno porque es abrir paso. Creo que soy la primera porque Chile es un país muy chico, somos pocos habitantes y la industria de la moda en Chile es súper chiquitita. No creo que hubiese sido la primera si fuésemos un país más grande. Es un mega reconocimiento, un halago, pero lo tomo tranquila", indica la profesional de 27 años que estuvo en el importante evento el mismo día que la destacada Carolina Herrera.

A pesar que ha transcurrido el tiempo y que la diseñadora habla con mesura sobre su paso por el Fashion Week de Nueva York, la felicidad aún está en el ambiente. Por eso al escarbar un poco en cómo se sintió, las palabras se juntan en la boca. "Fue increíble y loco, porque es mucha adrenalina, me pongo en modo avión porque son muchas emociones que hay que bloquear para poder funcionar, si no se te va un poco de las manos. Creo que todavía no dimensiono bien lo que significa, pero siento mucha satisfacción, porque es como tener una prueba un poco tangible de que vas por buen camino. Además, la crítica fue súper buena. Estoy demasiado feliz. Es un sueño cumplido, de todas maneras", revela sentada en su taller, el mismo donde atiende a su clientela y donde trabaja para sacar su nueva colección de septiembre, inspirada en el Desierto de Atacama, la cual también va a mostrarse en New York.

Si bien, Lupe Gajardo aún está procesando todo lo vivido, sí es consciente que este paso ayudará a visibilizar aún más al gremio de su país y la región. "Desde hace un par de años que la tendencia global está un poco mirando a Latinoamérica; hace rato Sao Paulo es referente, pero se había quedado un poco ahí. Creo que ahora Colombia y Venezuela están tomando fuerza, quizás ahora con esto Chile empieza a tener más ojo encima. Creo que en general Latinoamérica es mucho más novedoso, porque Europa, Estados Unidos y los japoneses ya han explotado todo lo que es Asia, Europa y América del Norte, entonces la novedad es acá. En las últimas pasarelas uno ve mucho tejido inca, ponchos, muchas tendencias absolutamente latinoamericanas que la toman grandes diseñadores como Tommy Hilfinger. Están empezando a descubrir que hay infinito material de inspiración y textil", reflexionó mientras le da instrucciones a una de sus ayudantes que entra con un molde.

Además, la diseñara reconoce que este es un empujón gigante para su carrera, pues "es el primer paso para internacionalizar la marca, que es el plan a futuro". Para lograr esto, Gajardo ha reestructurado la marca, junto a su CEO Raúl Molina, pues el objetivo principal es meterla en Estados Unidos mediante un retail de lujo.


"El concepto que definimos con Raul fue lujo latinoamericano y ahí engloba un poco lo que queremos explotar, que es lo que mostré allá: un lujo más austero, dándole un valor a la nobleza de los materiales, a la pureza de lo no intervenido y ahí se hace el link con Latinoamérica porque somos el continente, creo, menos intervenido hasta ahora. La idea es rescatar eso y reforzar esa cualidad que tiene el continente y diferenciarse por otro lado de este lujo europeo que es cristales, diamantes; Latinoamérica no es eso, por lo menos para mi, es mucho más colores tierra, es más opaco, más de la pachamama. Eso me inspira mucho y es lo que quiero transmitir", expresó la diseñadora.

Por todo este discurso que hay tras sus costuras es que la diseñadora se empeña en seguir trabajando con materiales latinoamericanos. "La apuesta por los materiales y mano de obra latinoamericana es una propuesta de marca. Con Raúl queremos que siempre se fabrique todo en Latinoamérica para dar un impulso y porque somos anti made in China por un tema ético; es muy fácil irse por lo chino porque cuesta cuatro veces menos, pero la calidad de acá no la encuentras. Tenemos los mejores algodones de alpaca, cuero, lanas, no tenemos nada que envidiar a nadie".

Las primeras puntadas

Lupe Gajardo medita un segundo antes de responder. ¿Qué se conjugó para que ella estuviese en esa pasarela? repite en voz baja antes de decir que son varios los factores, pero al que primero hace referencia es a su disciplina.

Desde que empezó se ha preocupado de sacar dos colecciones anuales, por lo que hoy tiene a su haber diez, es decir, un respaldo de una carrera consistente en el tiempo. Esto, más el uso de plataformas on line especializadas en moda, de origen europeo y asiático, fueron suficiente para que los expertos pusieran los ojos en su trabajo y pudiera dar un paso importante: ser parte del Berlin Fashion Week 2012. Gracias a su exposición on line, los organizadores la contactaron para que fuese parte de su showroom, siendo la única chilena contemplada. La gran cobertura y la buena crítica fueron parte del camino que la llevó a Nueva York.

"Fue muy bueno haber ido a Berlín antes porque te sirve para derribar prejuicios porque uno se imagina que afuera es todo diferente y son personas igual que uno, las telas son similares y las costuras son las mismas; creo que esa base me ayudó mucho para irme más confiada y tranquila a Nueva York. Además, los de la agencia sienten que mi propuesta es vanguardista. Cuando les pregunté cómo habían llegado me dijeron que por internet, que habían visto mi trabajo y lo que tenía para atrás y se veía una cosa bien consolidada y seria, porque a pesar que sea súper chiquitito yo trabajo como si fuera un gran taller", confesó.

A esto también se suma su pasantía con el diseñador chileno Sebastián Errázuriz en Nueva York y que su socio hiciera una arriesgada jugada a sus espaldas: rechazar la invitación a ser parte de "Milk", la plataforma para diseñadores emergentes de la Semana de la Moda de Nueva York, para solo aceptar una propuesta que contemplara a Lupe Gajardo en las grandes ligas. Y resultó.

El norte y el sur

Dentro de las cosas que más le sorprendieron a Lupe Gajardo de una de las pasarelas más prestigiosas del mundo de la moda es que todo es bastante doméstico. "Es muy parecido a un desfile de acá solo que con otro idioma y con una exigencia un poco más alta, fue más cotidiano de lo que uno se imagina. Ahí te das cuenta que la experiencia es fundamental, si hubiese sido mi segundo desfile, tengo siete a cuestas, creo que colapso porque es mucha la tensión. Lo que es impresionante y muy distinto es el salón mismo, el nivel de iluminación, la cantidad de gente, de prensa, esas cosas son radicalmente diferentes y es ahí donde se nota la diferencia de calidad de evento, todo funciona perfecto, como que no hay errores", analizó Lupe Gajardo.

Pero eso no es todo, pues otra diferencia tiene relación con el maquillaje y las modelos, las cuales "son súper buenas porque se dedican a eso, acá, por lo general, se dedican a ser modelos y a otra cosa más. La ropa luce distinta, es muy increíble cómo se nota la diferencia cuando las modelos son profesionales porque caminan distinto, tienen soltura, se ponen la ropa y se hacen dueña de ella, acá algunas son muy pollitos y como que las ropas las lleva y allá ellas llevan la ropa".

Al tener la experiencia de Europa y de Estados Unidos, Gajardo puede evidenciar con mayor claridad los desafíos a los que debe responder la industria en la región. "Creo que lo que hace falta es un orden de continente. En Europa es totalmente estratégico e inteligente, la semana uno es Londres Fashion Week, después Milán y París, que es lo lógico, así se te ordena la industria, que es lo que no hay acá. Ese es el gran talón de Aquiles de Latinoamérica, no hay una Mercedes que diga una semana en Guatemala, otra en Santiago, otra en Brasil y Argentina, porque eso aúna fuerzas", reflexionó Gajardo, quien también pone en la lupa el mal estado que, a su juicio, está pasando la industria textil chilena, además de la falta de políticas gubernamentales para apoyar el trabajo de los diseñadores de vestuario.

A pesar de estas complicaciones, el diseño, en general, está viviendo un gran momento en Chile, pero no siempre ha sido tan así. “Comparado cuando yo partí, hace seis años, han sido años de mucho cambio, hay muchos diseñadores que pueden vivir del oficio, que eso ya es un gran logro, varios están mostrando en distintas partes, por eso creo que la industria de la moda que está en muy buen momento. Esto que a los diseñadores nos esté yendo bien, a las personas les da más seguridad que de optar por un chileno y no por un gringo. Es un círculo virtuoso”.