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Aruba y Curazao, las islas del jazz

Por El Espectador | 2 Septiembre, 2014 - 11:52
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Ambas de las Antillas Holandesas, dueñas de extraordinarias playas, con viento suficiente para practicar deportes como el kitesurf y una oferta gastronómica que funde lo mejor de la cocina local con influencias bálticas.

Inspirados en los festivales de los Países Bajos, las islas se han convertido en epicentros de la música.

La idea nació y tomó fuerza en Europa. Con los años y la evidencia de su éxito migró al mar Caribe y se convirtió en uno de los baluartes de dos de sus islas: Aruba y Curazao.

Ambas de las Antillas Holandesas, dueñas de extraordinarias playas, con viento suficiente para practicar deportes como el kitesurf y una oferta gastronómica que funde lo mejor de la cocina local con influencias bálticas.

Los dos festivales de jazz, inspirados en los Países Bajos, nacieron hace relativamente poco. El de Curazao celebró recientemente su quinta versión y el de Aruba se viene realizando desde 2007.

Con la intención de atraer a los amantes de este género, nacido en Estados Unidos a finales del siglo XIX, estas islas lograron posicionarse como escenarios musicales de talla mundial.

Sin embargo, con el tiempo comprendieron que el jazz era tan solo una puerta para conquistar viajeros inquietos que además de descanso buscaran una experiencia ligada a la cultura y al entretenimiento.

Por eso poco a poco se fueron incluyendo artistas de gran renombre que no necesariamente tuvieran relación con el jazz, como Luis Miguel, Maná, Marc Anthony, Juan Luis Guerra, Bruno Mars y Prince.

Una estrategia que ha dado frutos e incluso ha ido mutando como en el caso de Aruba, que también optó por lanzar una fiesta musical pero electrónica, con la intención de atraer jóvenes y turismo alternativo.

Con buenos precios para ingresar a los conciertos, atractivos paquetes que incluyen el tiquete y la estadía para ese fin de semana y un clima perfecto, estos oasis de tranquilidad se han puesto en la mira de los turistas latinos para quienes el descanso es sinónimo de diversión.