El periodista y cineasta uruguayo Enrique Buchichio, en su segundo filme, "Zanahoria", narra una historia relacionada con una redacción una década atrás, y cómo allí se acerca la idea de que un informante del servicio de inteligencia militar puede dar pistas de crímenes cometidos durante la dictadura en el Uruguay, un tema que inquieta a unos y otros, hasta un límite inesperado.

Hace cinco años, Buchichio rodó su primer largometraje, “El cuarto de Leo”, que recibió aplausos, premios y elogios de la crítica en todo el mundo, y ahora cambia de tema, con “Zanahoria”, que se estrenó el jueves en Buenos Aires, Rosario y Córdoba, Argentina.

“Zanahoria”, cuyo elenco está encabezado por César Troncoso y Martín Rodríguez recibió el Colón de Oro en el 40º Festival de de Huelva, el Premio Manuel Barba de la Asociación de la Prensa de Huelva al mejor guión, y el Premio Radio Exterior de España.

Buchichio explica qué fue lo que motivó este filme, la relación entre su tarea como crítico cinematográfico y director, así como las razones de la coproducción con Argentina y sus proyectos inmediatos.

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- En realidad, la decisión vino antes cuando me inscribí en la Escuela de Cine del Uruguay, de la que egresé como director. Pero claro, hasta que no tenía las herramientas y me había vinculado con gente con los mismos intereses para mí era una utopía pensar en hacer películas. En todo caso, pienso que lo de ser crítico de cine y luego estudiar cine para convertirme en realizador es todo parte de un mismo proceso de aprendizaje.

- Fuiste primero comunicador social y luego cineasta. ¿Qué lugar ocupa cada profesión en tu vida?

- Lo de comunicador social viene por mi interés en la escritura y en el periodismo, rápidamente me volqué hacia la crítica de cine porque me gustaba mucho escribir sobre cine y bueno, una cosa llevó a la otra. Hoy me considero ante todo un cineasta.

- ¿Qué fue lo que motivó hacer "Zanahoria"?

- La convicción de que la historia real en la que se inspira valía la pena ser contada. Era un material que me interesaba por muchos aspectos: desde lo narrativo, lo climático, y por permitirme abordar algunas cuestiones vinculadas con el pasado reciente del Uruguay.

- ¿El mundo periodístico de la historia tiene de alguna forma que ver con tu propio universo?

- Digamos que el mundo periodístico no me es ajeno, colaboré con varios medios cuando era más joven y trabajé durante cinco años en la redacción de una revista semanal en Montevideo. Claro que lo mío era el periodismo cultural y no de investigación.

Me interesa mucho el mundo del periodismo, y sobre todo del periodismo independiente que, lejos de los intereses de los grandes medios de comunicación, pueden contribuir realmente a esclareces hechos que afectan a una sociedad.

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- ¿Cómo fue armar una historia con impacto cinematográfico con eje en un tema que tiene tantas aristas y permiten tantos otros cuestionamientos?

- Fue complejo pero más que nada por tratar de ser fiel a la historia, a la anécdota que plantea la película. No se trataba de ser controversial ni de aportar grandes revelaciones sobre el tema. Si esas revelaciones no han aparecido de parte de los involucrados, no creo posible que una ficción pueda ni pretenda hacerlas.

- ¿Qué piensas acerca de la deuda que existe, política, judicial e incluso periodística frente a los crímenes cometidos durante la dictadura en tu país?

- Pienso que es lamentable, y que gracias a esa deuda es que sujetos que lucran con la mentira pueden existir. Pienso que un país que no cierra sanamente sus heridas, a través de la verdad y la justicia, está condenada a reabrirlas permanentemente a través del rencor, el odio y la división.

- El salto entre el tema de tu primer filme a este es contundente. ¿Piensas seguir buscando temas que no necesariamente tengan relación, solo el impacto que te provocan?

-En realidad me interesan las historias y los personajes antes que los temas. Las historias son las que me sugieren temas a abordar, o que conectan de algún modo con temas que me interesan.

Ahora mismo tengo entre manos tres proyectos, en diferentes etapas de germinación, que son muy diferentes entre sí, y que no tienen nada que ver con mis dos primeras películas.

La verdad es que me interesa asumir nuevos desafíos y no me gusta la idea de repetirme. Espero poder hacer muchas películas y muy diferentes entre sí.

- ¿Cómo fue armar el elenco y cuáles fueron los ejes que te movilizaron a elegir a los personajes centrales?

- Fue una mezcla entre actores con los que ya había trabajado y quería volver a trabajar, como Martín Rodríguez y César Troncoso, y otros que se sumaron al proyecto de diferentes maneras.
Ahora me cuesta pensar por qué tomé las decisiones que tomé en su momento, simplemente tiendo a pensar que por algo las tomé y que hoy la película es lo que es gracias a esas decisiones.

- ¿Cómo se armó la coproducción con Argentina?

- El proyecto quedó seleccionado en un taller de desarrollo de proyectos en Brasil, en el año 2011, y allí conocimos a Hugo Castro Fau de Lagarto Cine. Estábamos en busca de coproductor en Argentina y a ellos les interesó el proyecto.

- ¿En qué proyectos estás trabajando?

- No quiero contar mucho porque están muy verdes, en etapa de maduración, pero puedo decir que el más probable es una comedia dramática sobre nuestra relación con la muerte, desde la mirada de una mujer joven. Espero comenzar a escribir el guión luego de las vacaciones, el año que viene.