Artículos

Cinematografía venezolana registra auge en pantallas internacionales

Por Xinhua / LifeStyle | 6 Noviembre, 2015 - 07:04
  • cine2.jpg

En Venezuela se han estrenado más de 171 películas en la última década, de las cuales un número significativo ha participado en festivales internacionales.

La pantalla grande del cine internacional incluye hoy en día entre sus nuevos protagonistas al quehacer fílmico de Venezuela.

El país sudamericano ha logrado solamente en la última década cuadruplicar su creación audiovisual y pasar de los niveles más exiguos a ser una eventual potencia en la cinematografía.

En Venezuela se han estrenado más de 171 películas en la última década, de las cuales un número significativo ha participado en más de 227 festivales internacionales; una cifra que sugiere un crecimiento de estrenos de al menos 380 por ciento respecto al período 1994-2004.



Este rotundo éxito de la internacionalización del cine venezolano es a juicio del director Mario Crespo un producto de la amplia diversidad temática que ofrecen sus realizadores.

Crespo afirmó a Xinhua que los cineastas venezolanos trascienden de temáticas con exclusivo enfoque social y se atreven a realizar "todo tipo de cine", inclusive de terror y suspenso.

"Llamamos la atención en el mundo porque la gente pregunta ¿Qué nos van a traer los cineastas venezolanos hoy? Esa variedad temática, unida a la calidad de los guiones y la producción, es lo que nos ha puesto en la mira del mundo", dijo el realizador venezolano.

Recientes premiaciones como el León de Oro en el 72 Festival Internacional de Cine de Venecia -el más antiguo del mundo- por la película "Desde allá" del director Lorenzo Vigas, revelan el reconocimiento que se le otorga al país en el séptimo arte.

Se trata, no obstante, sólo del inicio de una vasta carrera internacional que ha comenzado esta nación para erigirse como una referencia cinematográfica.



El cine venezolano lucha ahora por ganar nominaciones en los Premios Oscar 2016 y los Premios Anuales de la Academia (Goya) con el film "Dauna, lo que lleva el río".

Esta pieza del director cubano-venezolano Crespo con más de 25 años de trayectoria fílmica en Venezuela, no sólo evoca el sentimiento nacionalista de un pueblo cuya producción audiovisual ha carecido de visibilidad, sino que arraiga los más profundos elementos de su identidad indigenista.

"Dauna, lo que lleva el río" es la primera película narrada en el idioma de la comunidad indígena Warao y plantea temas que van desde las reivindicaciones de los pueblos originarios, hasta el papel protagónico que adquiere la mujer en la modernidad para romper con siglos de imposiciones patriarcales.

"Si tal vez fuese sólo una historia de amor, no valdría la pena contarla porque nos interesaba más usar la trama del amor para contar la historia de vida de una mujer que enfrenta todas las dificultades y riesgos para llegar a ser lo que quiso ser", comentó Crespo.

La cinta grabada en el delta del río Orinoco (oriente), donde habitan los Waraos, está en consonancia con muchas de las temáticas fílmicas que hoy se plantean cineastas venezolanos, cuya relación con los procesos sociales y políticos que vive Venezuela es ineludible.



La necesidad de comprender la existencia de una "democracia intercultural", practicar el respeto a las minorías étnicas y reconocer el papel de la mujer en la historia, son elementos que hoy integran el ideario social venezolano.

"Debemos insertar en el tronco de la cultura universal las ramas de la cultura autóctona", sugirió el cineasta.

Apuntó que el cine es un instrumento vital para este propósito, por lo que se visualiza la eventual participación en los Oscar y el Goya en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa.

Esta cinta es también el resultado de 15 años de inconmensurables esfuerzos de todo un equipo de producción, así como de las instituciones cinematográficas de Venezuela.

 El cine venezolano ha alcanzado un punto de gloria debido a dos hechos fundamentales mencionados por el director Crespo: la creación de un fondo para el financiamiento de películas sumado a la Ley de Cinematografía reformada en 2005.

La idea del Estado de colocar bajo administración del CNAC el fondo FONPROCINE, permitió catapultar desde 2006 la labor cinematográfica y fomentar este quehacer en igualdad de oportunidades con desdén de posturas políticas, ideológicas, religiosas y sociales.



Mismo brío ha caracterizado las experiencias cinematográficas venezolanas aplaudidas por la crítica internacional, gracias a gestiones del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) y productoras estatales como la Villa del Cine.

Basta referir que el premio "León de Oro" ganado por el cineasta Lorenzo Vigas es sólo uno de los más de 610 reconocimientos internacionales que ha obtenido la nación en los últimos 10 años, que la ubican a niveles de potencias latinoamericanas como México y Brasil.

Entre ellos destaca el Premio Goya en 2013 a la película "Azul y no tan rosa" de Miguel Ferrari, así como la Concha de Oro del Festival Internacional de Cine San Sebastián (España) obtenida por "Pelo malo" de la realizadora Mariana Rondón.

Resaltan tres premios del Festival de Cine de Moscú (Rusia) a la cinta "Hermano" (2010) del director Marcel Rasquin y los tres principales del Festival de Cine de El Cairo (Egipto) con la pieza "Brecha en el silencio" (2013) dirigida por los hermanos Luis y Andrés Rodríguez.

Figura igualmente la cinta "Esclavo de Dios" del realizador Joel Novoa Schneider, que ganó reconocimientos en la Muestra de Cine Latinoamericano de Cataluña (España) y en el Festival Internacional de Cine "Palm Beach" de Estados Unidos.

"La distancia más larga" de la directora Claudia Pinto es otra de las referencias venezolanas, al alcanzar el premio del público a la Mejor Película Iberoamericana en el Festival Internacional de Cine de Panamá.



Entre otros galardones sobresalieron los concedidos a los filmes "Azú", "El regreso" y "La casa del fin de los tiempos" en el Festival Internacional Latinuy de Uruguay, el Festival Internacional de Cine y Video Indígena en México; y el Festival Buenos Aires Rojo Sangre de Argentina.

Por su parte, el más destacado dramaturgo y director de cine venezolano, Román Chalbaud, apuntó en entrevista con Xinhua que otra causa de este logro es la creación de dos estructuras estatales: La Villa del Cine y la Distribuidora Amazonia Films.

"La creación de la Villa del Cine fue importantísima, porque el Estado no tenía una productora de cine ni tenía una distribuidora, eso indiscutiblemente ha incidido en que se haga más cine", expresó Chalbaud.

Los logros son múltiples, más de 17 millones de espectadores reúne en la actualidad la cinematografía venezolana, lo que supone un crecimiento del 522 por ciento con relación a la década que antecedió la reforma a la Ley del Cine.

Para Crespo y Chalbaud, Venezuela "está en un momento muy bueno que no se puede desperdiciar", por lo que el apoyo a nuevas generaciones interesadas en el hecho fílmico debe mantenerse mediante becas de estudio y financiamiento a sus proyectos.

A su vez, el director de la Muestra de Cine de Venecia, el italiano Alberto Barbera, compartió similar opinión al asegurar que América del Sur es hoy en día "el nuevo motor del cine", ya que es "el único que cuenta cosas nuevas y propone estilos distintos".

Prevalecen, sin embargo, cuantiosos desafíos para continuar erigiendo el rumbo cinematográfico de Venezuela, todos ellos relacionados con el apoyo que deben dirigir el sector privado y público hacia los cineastas locales.

El objetivo final es lograr que más allá de ser un país potencia en este arte universal, Venezuela logre hacer del cine su mejor embajador en cualquier rincón del mundo.

* Nota Victoria Argüello