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Diseñador francés Jean Paul Gaultier se despide de la moda de calle

Por Lifestyle.com / Prensa Libre | 29 Septiembre, 2014 - 15:51
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El diseñador francés Jean Paul Gaultier dijo adiós a la moda prêt-à-porter, este sábado, en la Semana de la Moda de París 2014. En lo sucesivo el modista se dedicará solamente a la producción de alta costura.

Le puso corsé con copas cónicas a Madonna, vistió con falda a los hombres y sus desfiles son un espectáculo: el diseñador francés Jean Paul Gaultier presentó este sábado su última colección femenina de prêt-à-porter, tras casi cuatro décadas de osadía.

Emblema histriónico de la década de 1980, su exuberante desafío a los códigos le valieron desde entonces el apodo de Enfant terrible (chico rebelde) de la moda, y así lo siguen llamando los franceses con cariño o ironía a los 62 años.

Su historia creativa comienza en los suburbios de París, donde de niño inventaba ropa para su osito de peluche. Pero no termina este sábado la leyenda con la despedida al prêt-à-porter: Gaultier aclaró que seguirá creando alta costura.

"Dibujaba todo el tiempo modelos", relata su amigo de infancia Donald Potard, que luego dirigió durante años la firma Gaultier, actualmente propiedad del grupo español Puig.

"Cuando éramos niños, dos veces al año tenía que aguantar la presentación de su colección, lo cual me aburría porque yo prefería jugar al tren eléctrico", recuerda Potard.

Tras formarse a los 18 años en el taller de Pierre Cardin, presenta en 1976 el primer desfile de su propia marca, que alcanza luego fama mundial gracias a un estilo rebelde que sedujo tanto a la chica de suburbio como a la burguesa de los barrios ricos.

O un corset descubierto en el ropero de la abuela probablemente terminó inspirando el de senos puntiagudos que vistió a Madonna en su gira Blond Ambition de 1990. Cuatro años más tarde, diseñó los atuendos de Victoria Abril para Kika, de Pedro Almodóvar.

Las tendencias y productos que lanza se imponen en el mundo entero, desde la remera marinera a rayas (1983) al perfume presentado en una lata de conserva (1993) y una colección de muebles para Roche Bobois (2010).

Si Yves Saint Laurent vistió a las mujeres como hombres, él vistió a los hombres como mujeres, poniendo a la moda el kilt escocés, porque según Gaultier "un hombre no lleva la masculinidad en la ropa, su virilidad está en su cabeza". Ha hecho desfilar a mujeres veteranas o pasadas de kilos y fue uno de los primeros en integrar abiertamente elementos étnicos a la moda occidental.

"Realmente escribió las reglas de un juego totalmente nuevo", comentó Pamela Golbin, encargada del departamento de moda del Museo de Artes decorativas de París. "Con su visión de la cultura refinada o popular, de lo masculino y lo femenino, lo nacional y lo exótico, impuso un crisol de razas" en la moda.

El estilo de Gaultier inspirado en la cultura pop y la vida cotidiana radica precisamente en ese arte de lo ambiguo, que confunde polos opuestos y subvierte los criterios establecidos, aunque sin perder cierta mirada tierna e inocente de la realidad.

Según Nathalie Bondil, directora del Museo de Bellas Artes de Montreal, que lo convenció de hacer una muestra sobre su obra que ya fue vista por un millón de personas en todo el mundo, "Gaultier es muy abierto de mente, muy tolerante y dotado de una suerte de empatía con la gente. Él le dice a cada cual: sé tú mismo y diviértete con la moda".


Sus desfiles son espectáculos con visos a la participación del público, donde siempre irrumpe lo inesperado, con una pizca de provocación. Para su despedida, presentada como la "elección de Miss Jean Paul Gaultier", eligió el decorado del Gran Rex de París, la sala de cine más grande de Europa.

Como ocurrió con Saint Laurent -otro iconoclasta-, Jean Paul Gaultier terminó siendo un clásico, tras ochos años de creación para la casa Hermes y su entrada al club exclusivo de la alta costura, la aristocracia de la moda, inaccesible a la mayoría.

Al anunciar su salida del prêt-à-porter el 15 de septiembre, Gaultier deploró el ritmo frenético que la industria de la moda impone a los diseñadores, dejando poco espacio para la creación.

Según Donald Potard, "es muy difícil que alguien se convierta en su sucesor". Hoy es más difícil llegar con ideas originales, dado que todo el mundo se viste igual y hace sus compras en cadenas de tiendas que venden todas lo mismo en París, Milán o Tokio. Esperemos que la moda vuelva a ponerse de moda y entonces sí pienso que volveremos a ver aparecer sucesores de Jean Paul Gaultier".