Artículos

¿Dormir con los hijos?: una pregunta que divide a los expertos

Por El Heraldo | 27 Febrero, 2015 - 13:48
  • dormir_en_familia.jpeg

Muchos padres no están muy de acuerdo, pero aceptan para poder seguir durmiendo, por comodidad.

El término “colecho” no lo conoce todo el mundo. Ni siquiera existe esta acepción en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE). Sin embargo, una gran parte de la población del planeta colecha o ha colechado alguna vez. ¿Qué significa? Es un término que se refiere a compartir cama, compartir el lecho.

Normalmente, se comparte cama con la persona que se ama. Y esta puede ser su pareja o su bebé. Seguramente hay pocos momentos tan agradables como compartir la cama con la persona amada. Una escena repetida en miles de hogares es cuando el niño se despierta en su cama de madrugada o llora para que sus padres acudan a consolarlo y no se duerme si ellos no lo acompañan, o el niño se levanta y acude a la cama de los padres. En el momento en que el menor se mete a dormir con los papis llegan las preguntas: ¿Qué hacemos? ¿Se lo permitimos?

Muchos padres no están muy de acuerdo, pero aceptan para poder seguir durmiendo, por comodidad. La otra opción sería levantarse a mitad de la noche y acompañar al niño a su dormitorio para que se vuelva a dormir en su cama, estar un rato con él hasta que vuelva a conciliar el sueño. Eso puede pasar una o dos veces cada noche con el consiguiente desvelo, por eso muchos padres optan por la solución más rápida y que, en principio, parece hacer sufrir menos a ambas partes, pero, ¿es lo correcto? ¿El bebé o niño debe o no dormir en la cama de los padres?

Parece que no hay reglas y los expertos en la materia no se ponen de acuerdo. Así como hay unanimidad en la comunidad científica de que el mejor alimento del bebé es la leche materna, los estudiosos de la crianza se dividen entre los que apoyan dormir con los hijos (colecho) o los que defienden que hay que acostumbrarlos a que duerman solos.

Según la pediatra Sara Paz, enseñarle al niño a que se duerma solo teóricamente es lo mismo que enseñarle a comer, a ducharse y a cambiarse él solito. “El sueño también es un hábito muy necesario que entra en la vida del niño y que, como todo lo demás, debe ser bien orientado desde el principio. Un niño que no duerme bien, es decir, que no concilia el sueño en su camita, da el mismo trabajo que otro que no quiere sentarse a la mesa o el que hace un escándalo para irse a la ducha”.

Muchos padres, por variados motivos, no siempre justificables, suelen llevar al bebé a su cama. Algunos expertos en sueño infantil creen que el bebé debe ser puesto en su cuna desde el principio, para evitar que se acostumbre a dormir con los padres.

En determinadas circunstancias, muy puntuales, cuando el bebé está enfermo y los padres se sienten más tranquilos por tenerlo más cerca o porque en el medio de la noche el bebé se despierta asustado, se puede permitir que el niño o la niña se duerma en la cama de sus padres, pero deben tener mucho cuidado para que eso no se convierta en un hábito, ya que todo dependerá de la edad que tenga el niño y los riesgos que puede representar el que duerma con los padres.

Nos referimos a los riesgos de muerte súbita, de ahogamiento o incluso de sufrir alguna caída. Además, los niños podrán acostumbrarse a ello y cuando los padres quieran cambiar la situación les costará mucho más.

Rutina

Para que el niño no se acostumbre a dormir en la cama de sus padres es necesario llevarlo de vuelta a su cama cuantas veces sea necesario, sin hablar ni discutir. Los niños se comportan mejor cuando identifican un modelo en el que pueden confiar. Enseñarles a dormir siempre a la misma hora, en su camita, con o sin osito o mantita, les ayuda a entender lo que se espera de ellos. La rutina es lo mejor en estos casos.

Evitará situaciones de ansiedad y de innecesarias negociaciones. Una buena rutina a la hora de dormir puede durar de 15 a 30 minutos.

Entre la ducha, los mimos, la limpieza de los dientes, los cuentos o las canciones, las oraciones y lo que se les ocurra, el niño seguramente conciliará el sueño más tranquilamente. Se debe intentar mantener la rutina en los mismos horarios todos los días, así estarán educando el sueño del hijo. Es conveniente que el bebé o el niño pequeño se duerma siempre en el mismo lugar.

El cambio de lugar y de cama puede dificultar el desarrollo de su modelo de dormir. En el caso de padres separados, como no se puede compartir el mismo lugar, es recomendable que se esfuercen para mantener la misma rutina en cuanto a los horarios y las costumbres. Cojines, mantas y objetos de estimación similares, y empleados a la misma hora. Es necesario seguir la misma estructura y rutina a la hora de dormir.

* Fotografía princial El Heraldo