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El mexicano Alejandro González Iñarritu, al Óscar por derecho

Por Alicia García de Francisco | 11 Febrero, 2015 - 09:58
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Deslumbró con su ópera prima, "Amores perros", y aunque su talento quedó más que demostrado con "21 grams" y "Babel", la confirmación definitiva que suponen los Óscar le debería llegar, si el cine es justo, con "Birdman", una tragicomedia con la que optará a nueve estatuillas.

A sus 51 años el mexicano Alejandro González Iñárritu es un talento más que reconocido en el mundo del cine, pero le falta un gran éxito que confirme en premios un estilo muy singular y estructurado en solo cinco largometrajes, que ya cuenta con el apoyo incondicional de los espectadores.

Éxito desde su debut

Su ópera primera, "Amores perros" (2000) fue todo un soplo de aire fresco que situó de golpe a Iñárritu como el nuevo genio del cine. Una película dura y realista formada por varias historias que se entrecruzan, un esquema que se convirtió en característica habitual del cineasta mexicano.

Protagonizada por Gael García Bernal, Emilio Echevarría y Goya Toledo, la película marcó el inicio de la explosición del cine mexicano a nivel internacional, junto a los trabajos de Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro.

"Amores perros", que contó con el excelente guión de Guillermo Arriaga y música de Gustavo Santaolalla, arrasó en los Premios Ariel del cine mexicano, con once galardones, consiguió un Bafta británico y fue nominada al Óscar a mejor película en habla no inglesa, que perdió a manos de "Crouching Tiger, Hidden Dragon", de Ang Lee.

Una película que fue, además, la primera de una trilogía sobre el amor, la muerte y el dolor, que Iñárritu y Arriaga realizaron en una estrecha colaboración hasta que, finalmente, los egos de ambos chocaron y provocaron una agria ruptura de la que no han querido hablar.

Pero antes de eso regalaron otras dos joyas a los amantes del cine.

"21 gramos", entre México y Hollywood
 
Tras ese primer éxito, Iñárritu y Arriaga se embarcaron en un proyecto de mayor envergadura y en inglés, aunque parte de la historia se desarrolla en México.

Un accidente de automóvil y sus consecuencias para diversas personas es el punto de partida de "21 Grams" (2003), de nuevo una película que mezcla historias, y que cuenta con un reparto de lujo: Naomi Watts y Benicio del Toro -ambos nominados al Óscar-, Sean Penn, Danny Huston, Charlotte Gaingsbourg o Melissa Leo.

El título, "21 grams", alude a la creencia, sin contraste científico, según la cual un ser humano pierde veintiún gramos de peso en el momento de morir, lo que podría ser el peso del alma que abandona el cuerpo.

Una película de una profunda tristeza que Iñárritu realizó tras la muerte de su segundo hijo. "Este filme me ha servido de terapia, y se la quise dedicar a mi mujer porque ella me enseñó a sobrevivir, aprendí que, después de la oscuridad, hay luz", explicó el cineasta durante la promoción.
 
De México a Japón pasando por Marruecos

Y aunque ya recuperado de esa pérdida, el dolor siguió presente en su siguiente película y cierre de la trilogía, "Babel" (2006).

Otra vez historias que de alguna manera se cruzan; otra vez territorios conocidos (México o Estados Unidos) y otros inexplorados (Japón); otra vez el dolor extremo en medio de la incomprensión y otra vez unos intérpretes entregados: Brad Pitt, Cate Blanchett, Gael García Bernal, Adriana Barraza o Elle Fanning.

Estrenada con gran éxito en el Festival de Cannes, donde se llevó el premio al mejor director, "Babel" se situó desde el primer minuto como una gran película, arriesgada, difícil, profunda y conmovedora.

Conquistó a público y crítica a partes iguales y empezó a acumular nominaciones, aunque se tradujeron en premios menores de los esperados.

Un Bafta por la música de Santaolalla de siete candidaturas; el Globo de Oro a la mejor película dramática, con otras siete nominaciones fallidas; las mismas opciones al Óscar, de las que solo consiguió el de mejor banda sonora. Fue el año de Martin Scorsese y su "The Departed".

Tras esta película se produjo la ruptura entre Iñárritu y Arriaga. El realizador acusó  al guionista de querer reclamar la autoría de "Babel" en una carta abierta firmada por gran parte del equipo técnico y artístico del filme.

Y el cine de Iñárritu lo acusó en su siguiente proyecto, "Biutiful" (2010), que pese a contar con una impresionante actuación de Javier Bardem, quedó muy lejos de la calidad de sus trabajos anteriores.

El guión de esa película lo escribió Iñárritu con los argentinos Nicolás Giacobone y Armando Bo, que han ocupado el lugar de Arriaga y que también  han colaborado con el director mexicano en "Birdman" (2014).

La comedia del triunfo

Nada menos que una comedia, totalmente diferente a todo lo que ha hecho hasta ahora. La ironía y el sarcasmo dominan la historia de "Birdman" que, sin embargo no se puede encuadrar en un único género. Sería limitar sus virtudes y su alcance.

Iñárritu despliega en este filme todos los conocimientos que ha adquirido en su carrera y lo hace con una obra en la que el preciosismo y el virtuosismo son las características principales, no solo de su puesta en escena, sino de la profundidad de su historia o de sus magníficas interpretaciones.

Michael Keaton está inmenso como un actor venido a menos, que solo es recordado por su interpretación de un superhéroe -el "Birdman" del título- en una inteligente autoparodia de su propia trayectoria, con el "Batman" de Tim Burton como uno de sus papeles más recordados.

Junto a él, Edward Norton, Naomi Watts, Emma Stone o Zach Galifianis, todos ellos perfectos como acompañantes de la historia: la preparación de una obra de teatro con la que Riggan (Keaton) quiere demostrar su valía como actor, más allá de capas y superpoderes.

Una película que Iñárritu concibió como si fuera un único plano y que falsea magistralmente para que así parezca. Con la ayuda de un equipo técnico que se lanzó a una aventura arriesgada con entusiasmo.

Destaca la labor del mexicano Emmanuel Lubezki, que supo dar a la película la imagen perfecta, pese a la dificultad de que la acción se desarrolle casi en su totalidad en los estrechos pasillos de un teatro de Broadway, con la dificultad añadida de que la cámara acompaña en todo momento a los actores, complicando aún más la iluminación de las escenas.

Una película que ha entusiasmado a la crítica y que ya se ha hecho con el Globo de Oro al mejor guión y al mejor actor (Keaton) o con el premio del Sindicato de Directores de Estados Unidos para Iñárritu.

Se fue de vacío de los BAFTA frente a la que parece su principal enemiga, "Boyhood", de Richard Linklater, pero llega a los Óscar nada menos que con nueve nominaciones.

Mejor película, mejor director, mejor actor (Keaton), mejor actor de reparto (Norton), mejor actriz de reparto (Stone), mejor guión (González Iñárritu junto con Nicolás Giacobone, Armando Bo y Alexander Dinelaris, Jr.); mejor fotografía (Lubezki), mejor edición de sonido (Martín Hernández y Aaron Glascock) y mejor mezcla de sonido (Jon Taylor, Frank A. Montaño y Thomas Varga).

Se enfrentará de nuevo a "Boyhood", con seis nominaciones, y a otra gran comedia, "The Gran Budapest Hotel", de Wes Anderson, con nueve.

El día 22 de febrero en el teatro Dolby de Los Ángeles se resolverán las dudas y se verá si finalmente Iñárritu consigue la recompensa que se le escapó con "Babel".

* Reportaje EFE