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El triunfo de la cultura nerd en el cine

Por El Observador | 2 Enero, 2015 - 09:38
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Para obtener el reconocimiento, este cine tomó dos caminos: incorporar dilemas morales o ir hacia la diversión.

Si te gustan las historietas, los superhéroes, tus juguetes de la infancia o la ficción para jóvenes adultos, el momento actual de la cultura popular se debe sentir genial.

Marvel y DC tienen cantidad de películas de superhéroes marcadas en el calendario para los próximos años. Hay muchachas adolescentes salvando el mundo a diestra y siniestra.

Incluso, aunque la franquicia "Transformers" derivó en la ridiculez, los directores Phil Lord y Christopher Miller salvaron el año haciendo "La gran aventura Lego".

¿Por qué, entonces, existe este sentimiento de que en 2014 recibimos todo lo que queríamos, pero perdimos nuestras almas en el camino? Para que la cultura nerd ganara el reconocimiento que siempre mereció, Hollywood cargó las tramas, incrementando las apuestas y los dilemas morales oscuros.

Por supuesto, las novelas para jóvenes y los cómics siempre han manejado grandes historias. Pero también muchas veces eran alegres y tontas, una opción que se ha ido perdiendo en las encarnaciones en la pantalla grande.

Drama nerd

Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) puede estar libre de los sangrientos reality shows armados por los tiranos del Capitolio en "Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte Uno". Pero en esta tercera parte de la franquicia basada en los libros de Suzanne Collins, tiene que lidiar con la idea de que ser un héroe no necesariamente significa vivir bajo el código moral propio. En este sentido, el movimiento de resistencia del Distrito 13 le solicita ser la protagonista de una serie de películas de propaganda.

Peter Parker (Andrew Garfield) no tiene que rebelarse contra un gobierno represivo como su colega adolescente Katniss. Pero, manteniendo la línea trágica de las películas de superhéroes, acaba causando sin querer la muerte de su novia Gwen Stacy (Emma Stone) en "El Hombre Araña 2: la amenaza de Electro". A los adultos tampoco les va mucho mejor en estos tiempos de dramáticos.

La película X-Men: Días del futuro pasado presenta a un profesor Xavier (James McAvoy) que se ha convertido en un drogadicto depresivo. Y, a pesar de los esfuerzos de los héroes para mantener la paz, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis (los villanos de la película) están montados y listos para cabalgar.

Por su parte, en "Capitán América: El soldado de invierno", Steve Rogers (Chris Evans) confronta tanto los desafíos del mundo moderno como la corrupción de la agencia que lo ha contratado. Pensada como una crítica a la lista de objetivos a matar del presidente Barack Obama y sus ataques con drones, Capitán América rechazó la idea de que la ficticia agencia Shield ejecutara ciudadanos. El motivo estaba en que un análisis de datos sugería que algún día podían convertirse en amenazas.

Pero la idea de matar a estos objetivos no desapareció, sino que la responsabilidad de tomar esta difícil  decisión recayó en el Capitán América, quien se presume que tiene la rectitud moral como para manejarla. En resumen, parece que hacer lo correcto significa una lucha interna constante y decepcionante.

Con mayor liviandad

No obstante, en otras películas de 2014 hay personajes que abrazan el heroísmo sin preocuparse por sus responsabilidades morales o por el daño colateral que parece acarrear salvar el mundo.

Ya sea en su interpretación de Peter Quill, el encantador e irresponsable protagonista de Guardianes de la Galaxia, como en la voz de Emmet Brickowski, el obrero convertido en campeón accidental de la libertad creativa en La gran aventura Lego, Chris Pratt realiza dos interpretaciones que demuestran que el viaje del héroe puede ser divertido y no solamente una carga.

Aproximarse al heroísmo como una empresa solamente amarga y depresiva, es aceptar la idea de que, como dice el personaje Quill, “la vida toma más de lo que da”. Esa puede ser una postura moral sofisticada, pero también es un compromiso.

"Guardianes de la Galaxia" no tiene la sofisticación moral de la trilogía "El caballero de la noche", de Christopher Nolan, pero el rechazo de Peter Quill a ser destruido por las responsabilidades que asume representa un tipo de optimismo más ambicioso.

En La gran aventura Lego, Emmet es un recipiente aún más indigno. “Confía en tus instintos”, le dice el mago Vitruvius (Morgan Freeman), animándolo a usar su creatividad. “A menos que tus instinos sean terribles”, reconoce el mago instantes después, reconociendo la falta de imaginación de Emmet.

Se dice que actualmente toda la cultura es cultura nerd. Pero tanto "La gran aventura Lego" como "Guardianes de la Galaxia" son poderosos y disfrutables recordatorios de que los cómics, la literatura juvenil y las franquicias basadas en juguetes solamente habrán conquistado el mundo cuando lleguemos a un punto en el que no sea necesario darles de forma artificial una carga dramática que justifique el placer que recibimos de ellas.