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Siete trampas que debes evitar para dejar el cigarrillo

Por El Espectador/ Cromos | 12 Abril, 2018 - 10:03
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Fumar es una de las adicciones más fuertes. Toma nota y dile adiós al tabaco.

Las terapias para dejar el cigarrillo pueden llegar a ser muy costosas y no necesariamente podrían garantizar el éxito absoluto. Con un poco de fuerza de voluntad, puedes abandonar para siempre esta adicción siguiendo sencillas (y gratuitas) sugerencias.
 
Usar parches y otros productos similares

Está comprobado que crean más adicción, ya que ingresan por la piel al torrente sanguíneo con el triple de la nicotina que normalmente entraría por la boca cuando se fuma.

Hacerlo por los demás

Decidir dejar el cigarrillo como parte de una promesa a la pareja, o por el susto que despertó ver a alguien de la familia morir por alguna enfermedad pulmonar, no son razones de peso su cientes. Por lo menos no para nuestro cerebro, ya que en condiciones como ésta, la disposición sólo dura un tiempo. La única forma es en serio querer dejarlo por uno mismo, no por alguien más.

Reemplazarlo por café, comida o golosinas

Aunque la cafeína también es adictiva y la comida ayuda a calmar la ansiedad, no son su cientemente fuertes para convencer al cerebro de que no necesita fumar. A diferencia de estas dos opciones, el cigarrillo contiene químicos que relajan el cuerpo y la mente, lo que no ocurre con el café y la comida que tienden a aumentar el nivel de energía.

No considerarlo un hábito

La mayoría de las personas no sabe que cuando se realiza una actividad por más de 21 meses, ésta se convierte en un hábito. Por eso cuando dicen que van a dejar de fumar de un día para otro, en realidad están engañándose a sí mismos porque en este punto la acción de prender un cigarrillo ya se encuentra en el subconsciente, por lo que la mayoría de los fumadores lo hacen sin darse cuenta.

Intentar dejarlo solo

Al ser una adicción, es ilógico pensar que se puede renunciar a ella sin ayuda de nadie. El secreto está en buscar apoyo en quienes le rodean y consultar expertos en la materia.

Relacionarse con fumadores

Es imposible no querer prender un cigarrillo cuando se tiene a una persona fumando enfrente, porque aunque no es usted el que inhala, sigue estando expuesto directamente al consumo. El solo olor a cigarrillo es el peor enemigo para los que quieren dejarlo.

Guardar encendedores y paquetes de cigarrillos

La idea es desprenderse de todo lo que le pueda crear ansiedad, por lo que aferrarse a ese «último paquete» o guardar encendedores con la excusa de usarlos en otras cosas, no es más que una mentira.