Artículos

"Tap Factory", el espectáculo total

Por Ana Martín García | 17 Septiembre, 2014 - 10:37
  • 48959_1.jpg

Claqué, danza con percusión, acrobacias y toques de humor son los elementos que componen "Tap Factory", un espectáculo creado por el francés por Vincent Pausanias que lleva dos años recorriendo el mundo con números inspirados en Charles Chaplin.

El ritmo de "Tap Factory" nunca decae. Las percusiones modernas, étnicas y tradicionales transmiten al espectador su energía, que se mantiene en un constante estado de fascinación durante toda la función.
 
La fuerza del sonido de los tambores y de otros objetos cotidianos que también les sirven de instrumento, como latas, arena, o incluso su propio cuerpo, se fusionan con espectaculares acrobacias, danza urbana, números de equilibrio sobre manos o danza en telas aéreas.

Además, a diferencia de otros espectáculos de percusión -como los de los grupos Stomp y Mayumana- el de esta formación francesa,  creado por Vincent Pausanias, agrega números de claqué, interpretados por los mejores bailarines de Europa.

"La idea ha sido reunir en 'Tap Factory' a artistas que sean los mejores en sus respectivas disciplinas, pero que además participen haciendo percusión y aportando toques de humor,  porque la comedia juega un papel fundamental en la obra", explicó Pausanias.

Homenaje a Charles Chaplin

Tanto la  escenografía como el vestuario recuerdan a la película "Modern Times" de Charles Chaplin, que comienza mostrando la vida de un obrero en plena Revolución Industrial durante la depresión económica de 1929.

"El espectáculo es un homenaje al cine mudo de Chaplin y a su forma de entender la comedia", explica el coreógrafo, que ha querido incorporar el humor con el fin de romper con los ritmos de la percusión, que sola podría resultar algo monótona.

Cada miembro del elenco, formado por dos acróbatas, un bailarín africano, un batería y cuatro bailarines de claqué -entre los que se encuentra el propio Pausanias- interpreta un papel: mecánico, contramaestre, fontanero... Pero da la sensación de que en la fábrica nadie da ni golpe, cualquier excusa es buena para inventar, en un improvisado descanso, un deleitoso show.

El barrendero, a quien da vida Konan Jean Kouassi, un bailarín que se formó en Costa de Marfil, es el único personaje que habla en la función, pero lo hace en su idioma natal: "¡Como si el público le entendiera!", exclama Pausanias, quien confiesa que este es uno de los momentos más cómicos del espectáculo.   

Una renovación del claqué

Otra de las grandes ovaciones se la lleva el número de Jérémi Champagne, que a pesar de estar descalzo, baila claqué subido en un gigantesco barreño lleno de arena, donde el movimiento de sus pies hace sonar la tierra. "Es un momento suave y poético", explica el coreógrafo, quien consigue con ingenio mostrar la parte más moderna de este género.

"Creo que la gente percibe el claqué como una danza antigua y pasada de moda, pero no lo es. Esta danza ha evolucionado, va más allá de Fred Astair y Gene Kelly en 'Singin'in the Rain'", dice Champagne.

El bailarín, que lleva haciendo claqué desde los siete años y ha sido finalista en el programa "So You Think You Can Dance? " de la televisión francesa, asegura que uno de los grandes aciertos de "Tap Factory" es que consigue demostrar que el claqué también puede ser algo novedoso y que despierta la atención del público.

Sin embargo, lo que verdaderamente entusiasma a los espectadores  es el número de equilibrio sobre manos de Chalie Plaçais. Una demostración concisa que roza lo imposible. El cuerpo de Plaçais, levantado a pulso, parece líquido y sin articulaciones.

El gimnasta también destaca en una danza de telas aéreas. Esta disciplina le permite crear figuras estáticas y dinámicas suspendidas en el aire, a diferentes alturas sobre el suelo que, acompañadas de un ritmo africano, logran emocionar al público.

La gira mundial

La compañía lleva cerca de dos años recorriendo el mundo: Colombia, Israel, Inglaterra o Francia ha sido algunos de los destinos que ya han visitado.

 "Cada vez que presentamos el espectáculo en un país diferente nos asusta la idea de no triunfar, ya que cada ciudad tiene un público y una cultura diferentes, aunque hasta ahora siempre hemos tenido mucho éxito",  confiesa Champagne.

El bailarín asegura que en ocasiones han tenido que variar alguno de los números cómicos para adaptarlos al humor del país; por eso, el show nunca es el mismo dos veces.

* Reportaje EFE