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Un amor truncado y el deporte como motivo de vida

Por Iván Pérez/ El Economista.com.mx | 10 Enero, 2018 - 08:24
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Una tarde del 2009, el head coach de los Vikings, regresaba a casa para pasar tiempo con su esposa Vikki y la encontró muerta. ¿Cómo te recuperas de un golpe así?

Hace siete años, en una cafetería cerca a su casa, Mike Zimmer, miró a un anciano tomando el desayuno solo y fue inevitable pensar en su futuro, irremediablemente.

“Supongo que la parte más difícil es la soledad” dijo hace algunos años.

Pero esa imagen sucedería unos 10 meses después, porque ahora estamos en el estadio de los Bengals y Cincinnati acaba de ganar a los Ravens; pero lo más importante de hoy no es el triunfo, el momento crucial es cuando Marvin Lewis, el head coach, le entrega el balón a Mike, quien dirige con complicación algunas palabras, después no puede más y se quiebra. Hace tres días Vikki, su mujer, murió. Regresaba a casa después del entrenamiento para pasar la tarde con ella y cuando llegó la encontró sin vida.

El silencio es el enemigo a vencer. Así describe Elizabeth Miller, periodista de ESPN, el proceso de Mike después del luto tras visitarle a casi un año de la muerte de Vikky.

La periodista dice que el fútbol americano es lo que le da consuelo para vivir o intentar vivir.

Mike tiene ahora mismo a la mejor defensiva de la NFL. Ninguno de los 32 equipos de la Liga tuvo mejores números a la hora de evitar que les anotaran como los Minnesota Vikings. El head coach ha pasado cuatro años construyendo la mejor cortina y lo ha conseguido. Lo que logró Mike no es poca cosa.

Para empezar, en la campaña del 2013 el equipo era la peor defensiva y el que más puntos permitía en toda la Liga. Aquel año recibió en la temporada regular 480 puntos, al finalizar la reciente campaña apenas admitió 252 unidades. En cuatro campañas pasó de ser el peor al mejor.

En 1979 inició su carrera como parte del staff de coacheo, su primer empleo fue como asistente defensivo del equipo colegial de los Missouri Tigers y dos años más tarde se convirtió en coach de linebackers de Weber State y fue en 1981 cuando conoció a Vikki.

“Una mujer hermosa, pequeña y una gran bailadora”, recordó hace siete años cuando Elizabeth platicó con él sobre el proceso de luto que llevaba.

El head coach de los Vikings dice que no sabe exactamente qué fue lo que Vikki vio en él, pero ella formó la parte más importante de su vida, y quienes conocen a Mike refieren que su esposa le dio el equilibrio que necesitaba para hacer todo.

La muerte de ella llegó en el 2009 cuando era el coordinador defensivo de los Bengals, donde estuvo siete años para luego ser entrevistado para tomar el cargo de los Vikings en el 2014.

Además del fútbol americano, Mike recuerda que la “relativa fuerza” la encontró en las cartas que recibió de muchas personas que le mostraban afecto y apoyo, una de ellas venía de una prisión estatal donde le contaba un hombre que días antes de su cumpleaños, su mujer había muerto.

Justamente este año Mike logró con los Vikings su mejor marca desde que es head coach. Terminó la campaña con 13-3 para ser el mejor del Norte de la Conferencia Nacional. Su récord durante las cuatro campañas es 39-25 y ante los Saints tendrá su primer partido de serie divisional.

Sin Vikki, sus hijos y el futbol americano, se han convertido en su vida. “La parte más difícil es probablemente la soledad”, suele decir.