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Volver a la moda de los años 90 sin morir en el intento

Por El Observador | 23 Junio, 2014 - 10:55
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La tendencia que revive el movimiento grunge y una nueva femineidad puede salir muy bien o ser un completo desastre.

La moda de la década de 1990 se instaló definitivamente en los grandes diseñadores y en las tiendas el año pasado, cuando comenzaron a aparecer las primeras camisas de tartán.

De a poco las minifaldas, las botas militares, los sacos de lana y los jeans rotos surgieron como hongos. Y como si se estuviera en Seattle en pleno 1991 –cuna del género grunge–, la tendencia se arraigó en Uruguay y varios otros países de la región.

Pero por eso es un buen momento para recordar que no todo lo que es oro brilla en la moda de los noventa. Hasta ahora, hay muchos de esos grandes desastres de la moda que aún no se han filtrado en las vidrieras locales, por lo cual vale la pena estar prevenido. Afortunadamente, lo positivo pesa más que lo negativo.

Desde el comienzo de la temporada de invierno y en la última edición de Moweek se pudo ver a varias marcas y diseñadores locales apostando fuerte a la tendencia.

Black & Liberty se siente como en casa con las camisas, los sweaters oversized (una tendencia de prendas confeccionadas para lucir más grandes), los detalles en cuerina, las camisetas, y los jeans de tiro alto.

Lemon tiene como protagonistas a los buzos de lana, el bordeaux y la cuerina. Bellmur, que además del tartán incluyó el estampado pied de poule en diferentes variedades, tiene como sus mayores vedettes a los abrigos oversized en pieles y lana.

Marcas como Rotunda y Pastiche, por su parte, se inspiraron en los colores pasteles. Mientras Rotunda ofrece abrigos, minifaldas y sweaters con diferentes texturas, Pastiche se destaca por sus jeans de tiro alto y también sus buzos de lana oversized y artesanales.

El próximo verano será el de los femeninos vestidos florales, las minifaldas y los crop tops (esas camisetas y buzos a la cintura), pero también podrán aparecer los peligros.

Las sandalias de plástico –que en el norte de Uruguay se conocen como Jellys– podrán hacer su aparición y tentar a los desprevenidos que decidan obviar el daño que hacen.

Los enteritos, que ya figuraron en su versión corta, son esos “falsos amigos” que con la promesa de estar a la moda a la larga y a la corta resultan antiestéticos.

A continuación se detalla en forma visual, los grandes sí y no de la moda de la década de 1990. Teniendo identificados a los infractores y evitándolos es que se consigue un look exitoso.

Los sí

Las renovaciones. En las pasarelas de 2013 y 2014 los grandes diseñadores comenzaron a inspirarse en la moda de hace dos décadas. Alexander Wang, DKNY y Moschino recuperaron los logos y los impusieron en las prendas. Marc Jacobs y Givenchy experimentaron con los buzos de algodón y lana, y Saint Laurent transformó sus colecciones en manifiestos grunge. Pronto las grandes marcas (multinacionales y locales) las bajaron a tierra para que todos las usen. Hoy en las colecciones hay prendas que se basan en los dictámenes de las grandes voces de la moda.

Las inspiraciones. Tanto películas como Ni idea y Romy y Michele, íconos de 1990 como Kurt Cobain y Courtney Love, sirven de inspiración para esta tendencia. Hay para elegir minifaldas combinadas con medias altas y sweaters a la cintura, los vestidos satinados y todo el estilo grunge que Seattle pudo ofrecer (camisas a cuadros, jeans rotos, remeras de bandas gastadas, sacos oversized). Sabiéndolo combinar, todo funciona.

Los no

Los enteritos. Ni a las mujeres ni a los hombres les sienta bien esta prenda. Will Smith en la serie The Fresh Prince of Bel Air es el mejor ejemplo de lo que no habría que hacer.

Las sandalias de plástico. Muchos recordarán que Xuxa tenía su propia línea de estas sandalias. Y muchos recordarán también las ampollas que causaban.Las riñoneras y el doble denim. Demasiado antiestéticas para su conveniencia, las riñoneras son de lo peor. Por su parte, combinar capas de jean no suele salir bien y produce varios desastres fashionistas. Variando el tono del indigo puede pasar a ser un sí.

Los bindis. Esta siempre fue una tendencia un tanto problemática por ser acusada de apropiación cultural. La trajeron a la moda Gwen Stefani y Madonna en los años 90 y actualmente lo intentaron revivir las estrellas Disney, Selena Gómez y Vanessa Hudgens. Les llovieron las críticas.

Las gargantillas de plástico. Lo que otrora podría parecer como algo simpático, atrevido y singular, ahora es una completa ridiculez. Es así como podría lucir hoy día una persona adulta con estas gargantillas que supieron monopolizar el mercado adolescente en 1990.

* Fotografías Moweek