Artículos

A 75 años de la muerte de James Joyce, su libro “Ulises” sigue en lo alto de la literatura mundial

Por LifeStyle/ Excélsior/ Agencias | 14 Enero, 2016 - 13:08
  • joyce1111.jpg

Bajo el cargo de obscenidad, el libro estuvo prohibido en Estados Unidos casi una década y en Inglaterra sólo pudo publicarse con promoción quince años después de su primera edición limitada.

Excesivo y revoltoso, el escritor irlandés James Joyce se empeñó 17 años en dar con la forma final del manuscrito que, mientras era forjado obsesivamente, tenía el título de “Obra en proceso”, para publicarlo en mayo de 1939, con el nombre definitivo de “Finnegans Wake”.
 
Un trabajo que ha sido definido como “un salto al vacío desde las alturas del ´Ulises´”, con el que Joyce se adentra, solo y prácticamente ciego, hacia el ojo del huracán del lenguaje.
 
Para el crítico británico Terry Eagleton, la última obra que publicó Joyce antes de morir la madrugada del 13 de enero de 1941, puede considerarse como “un acto de venganza colonial, gracias al cual quienes se han visto desposeídos de su lengua nativa, logran devolverles el golpe y para ello lo que hacen es apoderarse de su lengua, contaminarla con todo tipo de balbuceos procedentes de otros dialectos y llegar a utilizarla haciendo gala de un virtuosismo deslumbrante”.
 
 
Joyce fue hijo de una mujer religiosa y de un hombre envuelto en dificultades económicas, pero que desbordaba un sentido del humor corrosivo y mucho talento para contar historias.
 
Nació el 2 de febrero de 1882, en Rathgar, un suburbio de Dublín. Fue educado en un internado de jesuitas, a quienes constantemente agradeció el saber “reunir un material, ordenarlo y presentarlo”. 
 
Se graduó en Lenguas Modernas en la Universidad de Dublín en 1903. Tuvo dos hijos y vivió la mayor parte de su vida adulta en Trieste, Zúrich y París. 
 
Debutó como escritor con el poemario “Música de cámara” (1907), para luego publicar el libro de cuentos y epifanías “Dublineses” (1914), la novela de vocación autobiográfica “Retrato del artista adolescente” (1916), la obra de teatro “Exiliados” (1918) y “Poemas a penique” (1927).
 
A ello se suman, por supuesto, las icónicas publicaciones “Ulises” (1922) y “Finnegans Wake” (1939). El primero de ellos es, sin duda, su máximo alcance como escritor. Considerado una historia insólita, de imaginación prosaica, perfecciona la técnica de la “corriente de conciencia”, a decir de Henry James, o del “monólogo interior”, como lo definió Valérie Larbaud.
 
 
Bajo el cargo de obscenidad, el libro estuvo prohibido en Estados Unidos casi una década y en Inglaterra sólo pudo publicarse con promoción el año 1936. 
 
“Ulises” describe las aventuras por la ciudad de Dublín del irlandés de clase media acomodada Leopold Bloom durante un solo día: el 16 de junio de 1904. Desde entonces, los admiradores del escritor lo celebran como el "El Día de Bloom" (Bloomsday, juego de palabras por similitud con la expresión inglesa Doomsday, el Día del Juicio). 
 
El protagonista de la novela es judío, pero los episodios de aquel día siguen el modelo de “La Odisea” de Homero. Así, la obra promueve la idea de que la cultura inglesa y europea occidental se bañan por dos ríos: uno de ellos nace en Israel, el otro en Grecia. Y ambos son brazos fundamentales que alimentan el océano cultural con sus ricas historias.
 
El poeta José María Valverde, autor de la segunda traducción al español de Ulises que se publicó en 1976, anota que el libro de Joyce es “un monumento de humor, como el Quijote, es decir, de distanciamiento, de toma de perspectiva más amplia, de ironía crítica y sin moralejas ante el hombre en general”.
 
 
Joyce es uno de los escritores irlandeses más notables, pero según los analistas literarios para acercarse a él se requiere tiempo y capacidad de comprensión.
 
En ese sentido, Fritz Senn (presidente de la Sociedad James Joyce en Zúrich) aconseja que “lo mejor es dejarse llevar de forma fresca por la aventura y no verlo como un examen de inteligencia”.
 
Hace 75 años el escritor murió en la citada ciudad suiza. Su obra más reconocida, en el fondo, guarda un acto de amor. La fecha en que pasa todo el libro “Ulises” es el mismo día en que Joyce conoció a su esposa de toda la vida, Nora Barnacle.